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Aragón inicia el año con el reto de asentar su población tras volver a perder habitantes en 2021

Según los datos del INE del primer semestre del año pasado fue la Comunidad que más vecinos perdió: se contabilizaron 17.668 habitantes menos. La caída se dan en las tres capitales, pero el medio rural demuestra cierto músculo con mejoras en los datos provinciales.

El medio rural resiste a duras penas la pérdida de población, que es más acusada en las ciudades.
El medio rural resiste a duras penas la pérdida de población, que es más acusada en las ciudades.
Laura Uranga

Los últimos datos demográficos no son para tirar cohetes. Aragón fue la Comunidad que más habitantes perdió en el primer semestre de 2021 y rompió así con tres años consecutivos de tendencia positiva. De enero a julio se perdieron 17.668 habitantes y, si bien es cierto que no es una grave sangría demográfica, también lo es que muchos pequeños pueblos de Aragón no andan sobrados de vecinos. En 2022 está previsto que se continúe hablando -y mucho- de la España vacía, de las políticas de repoblación y de territorios con menor densidad poblacional que Laponia, como ocurre en la serranía Celtibérica o en los montes Universales de Teruel. Pero, ¿con qué herramientas se cuenta para hacer la vida rural más dinámica y atractiva? ¿Qué ejemplos de éxito existen en las localidades aragonesas? ¿Hay forma de revertir los desalentadores datos del Instituto Nacional de Estadística?

A 1 de julio de 2021, la población de la Comunidad Autónoma se sitúa en 1.313.465 personas, lo que representa una caída del 1,33% respecto al año anterior. Según el INE, tampoco les fue bien a otras comunidades como Asturias (-0,39%) o el País Vasco (-0,38%), pero Aragón lideró de largo -dudoso mérito- la mayor caída del país.

Desde el Gobierno de Aragón, no obstante, prefieren poner el acento en otra vara de medir, como es la del padrón que publicó el BOE el pasado día 23, y en la que las conclusiones son más amables. Es cierto que se pierden vecinos pero únicamente 3.310. Además, el problema se da en las ciudades, que son las que concentran las pérdidas (Zaragoza -6.576, Huesca -527 y Teruel -246) y ese padrón a 1 de enero de 2021 muestra que el medio rural mantiene el pulso con datos por provincias positivos en los tres casos.

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“Es el saldo migratorio, sobre todo de Zaragoza, el que empaña la estadística. Es cierto que la capital hace oscilar la población de todo Aragón porque cada región tiene su propia estructura demográfica, pero se puede hacer una lectura positiva y es que la población del medio rural se consolida e incluso aumenta”, explica Javier Allué, comisionado del Gobierno de Aragón para la lucha contra la despoblación. Este desequilibrio demográfico se evidencia en un dato esclarecedor como es que Zaragoza sigue aglutinando el 72,96% de los habitantes de todo Aragón. “La Comunidad mantiene buen tono demográfico pues el medio rural compensa la pérdida de población de las capitales aragonesas y, además, los datos recientes de natalidad son positivos en las tres provincias”, afirma Allué, al tiempo que destaca que hay otras regiones (véase Castilla y León, Galicia, Extremadura o La Rioja) con una perspectiva mucho más preocupante.

Tanto en el INE como en el padrón se evidencia que han sido las migraciones las que más ‘disgustos’ ha causado en términos demográficos, pues la Comunidad ha visto marchar en los últimos seis meses a 20.461 personas al extranjero, esto es, diez veces más que en el mismo periodo de 2020. Otra realidad que arrojan las cifras es que a Aragón le cuesta muchísimo esfuerzo ganar población, pues su máximo histórico lo registró en 2011 con un techo de 1.344.466 habitantes y ahora se ha regresado a los niveles de 2018.

“La despoblación no se combate desde el victimismo sino desarrollando políticas para apoyar a los territorios menos poblados”, opina el comisionado, que confía en que la venidera ley de Dinamización del Medio Rural contribuya a abordar de una manera integral el problema de la despoblación. El texto prevé ayudas para las zonas que se delimiten como despobladas y establece también para ellas una fiscalidad diferenciada en los impuestos cedidos, como el de la renta. Se busca incentivar así los habitantes del medio rural, si bien otra de las claves sería que el Gobierno de España reformara el modelo de financiación de las comunidades autónomas para que tenga en cuenta el coste efectivo de los servicios básicos y las infraestructuras. De momento, la ley aragonesa, “ya ha pasado el periodo de exposición pública y de alegaciones. Ahora está pendiente de una reunión del consejo local y de los servicios jurídicos, antes de recalar definitivamente en las Cortes”, explican desde el Gobierno de Aragón.

Lucía Camón y Alfonso Kint, de la plataforma Pueblos en Arte.
Lucía Camón y Alfonso Kint, de la plataforma Pueblos en Arte.
Macipe

En los debates en las Cortes es frecuente oír intervenciones sobre las necesidades y oportunidades del medio rural. Unos apuestan por más políticas de igualdad y empoderamiento de la mujeres con el argumentos de que son “un pilar fundamental para fijar la población”, y otros inciden en la necesidad de financiar proyectos para la transformación de productos agrícolas. Desde el área de Ciencia se asegura que “la innovación aliada al uso de recursos propios” es la clave mágica para favorecer un desarrollo sostenible (hace pocos días se cerraron las jornadas Smart Rural, en las que se evidenció que una conexión a internet estable y de calidad es fundamental para atraer talento, como se está haciendo ya -por ejemplo- con la estrategia ‘smart village’ en Ansó), mientras que desde otras bancadas se defiende que lo fundamental para que los pueblos sigan vivos son las comunicaciones: que no se pierdan trenes vertebradores como el que a punto de desaparecer en su primer enlace matutino entre Zaragoza, Monzón y Binéfar.

Además de conectividad, servicios, infraestructuras e inversión (obvio), también hace falta talento y en esto los aragoneses sí demuestran ir sobrados y en muchos pueblos predican con el ejemplo. El listado de experiencias positivas y loables es amplio y emprendedores que incluso se juegan su patrimonio al apostar por el pueblo son numerosos. Por ejemplo, en la Celtiberia zaragozana por donde antaño cruzaba la carretera nacional y que perdió población a puñados con los nuevos trazados viarios. 

Ismael Pizarro y Sergio Jurado, en las calles de Used.
Ismael Pizarro y Sergio Jurado, en las calles de Used.
Macipe

Un caso singular se da en la localidad de Used, donde un grupo de jóvenes arquitectos muy celosos del patrimonio se ha instalado en la localidad con el propósito de que no se vengan abajo algunas de las casas palaciegas del pueblo. Alberto Sánchez, Ismael Pizarro, Sergio Jurado, Guillermo Bosque y Juan Fernando Marchán son solo algunos de los nombres que están haciendo resplandecer la arquitectura y parte de la historia de la comarca de Campo de Daroca. La dinamización artística también se deja notar con la obra de Lucía Camón en Torralba de Ribota, que incluso tiene un trabajo fotográfico sobre los vacíos que ha dejado esa cicatriz de la antigua N-234 que iba de Sagunto a Burgos. "He ganado calma y calidad de vida. No estoy bombardeada de reclamos y soy más creativa", afirma Camón, que encuentra en un pueblo de 170 vecinos más oportunidades que en la capital de España y agradece “la naturaleza, el viento, las pequeñas cosas” y que el mundo rural ponga al alcance de la mano “relaciones humanas cercanas”.

Sediles es una de las pocas localidades de la Comarca de Calatayud que ha conseguido aferrar población en los últimos años con iniciativas como la de Néstor Pablo, que ha abierto un exitoso taller de cerámica artesana, que ha despachado vasijas, cuencos y otros ornamentos para ambientar series históricas de Netflix. ¿Más casos? Miedes o El Frasno han ganado vecinos como también ha hecho Malanquilla, donde un descendiente del pueblo ha montado un proyecto turístico y ha conseguido atraer a cuatro familias: la localidad ha pasado de no tener niños a que ahora se pueden escuchar las risas y el alboroto de hasta seis chavales. El Ayuntamiento de ayudas de 100 euros para gastos escolares y así animar a la gente a que se conviertan en nuevos pobladores. En Oliete (Teruel) el aprovechamiento de los recursos autóctonos ha hecho que se lanzara la iniciativa ‘Apadrina un olivo’ y se haya creado empleo que ha atraído a nuevos pobladores.

Apadrina un Olivo
Los trabajos en el campo por la iniciativa de 'Apadrina un Olivo'.
Laura Uranga

Por citar otro par de ejemplos culturales, no muy lejos, en la localidad zaragozana de Nigüella se ha instalado la joven diseñadora de moda Verónica Andrés, mientras que Ana Escar regresó a Tabernas de Isuela (Huesca), donde rescató la antigua panadería de su familia para crear su propio estudio de pintura y collage en la habitación superior de donde antaño se situaba el horno de leña. ¿Qué les aporta el medio rural? “Para mí lo más importante es que me aporta tiempo, que es lo que antes me faltaba. Puedo disfrutar de la dedicación absoluta a la pintura al margen de un torrente de estímulos que me habían hecho necesario para y reflexionar", comenta Escar.

A buen seguro 2022 será un año en el que se vuelva a hablar de despoblación y del peso demográfico, por ejemplo, con la aventura iniciada por la plataforma ¡Soria ya!, que se presentará en las elecciones anticipadas de Castilla y León. En paralelo se están popularizando las cátedras sobre ‘despoblación y creatividad’ -la de la DPZ fue de las pioneras- y en múltiples foros se debate sobre la vigencia de las ponencias del Senado de 2015 o el documento contra la despoblación de la FEMP.

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