El Museo de Barbastro abre la exposición con 66 de las obras "arrebatadas" a las parroquias

El presidente Lambán ha dicho en la reapertura del centro que "jamás debieron salir de sus lugares de origen". 

El presidente y el obispo, junto a otras autoridades, delante del frontal de Buira, una de las piezas más destacadas.
El presidente y el obispo, junto a otras autoridades, delante del frontal de Treserra, la pieza con una tasación más elevada (1.200.000 euros).
Gobierno de Aragón

El Museo Diocesano de Barbastro ha abierto este martes sus puertas incorporando a su colección 66 de las 111 piezas del litigio entregadas por Cataluña. Unas obras de arte que, en palabras del presidente aragonés, fueron “arrebatadas” a las parroquias orientales contra su voluntad para acabar en el Museo de Lérida. Este las devolvió en cuatro entregas entre el 15 de febrero y el 10 de marzo de 2021, en cumplimiento de la sentencia de diciembre de 2019 que ordenaba su devolución. Desde entonces se han estado revisando y catalogando para incorporarlas ahora a la colección del espacio museístico aragonés y poder por fin mostrarlas al público.

El centro ha organizado una muestra para que los aragoneses puedan contemplar parte de los bienes reabriendo sus instalaciones y actualizando el discurso museográfico. De las 66 piezas, 49 se incorporan a la colección permanente y el resto se ha instalado en la sala de temporales, un espacio en el que irán rotando todas las obras que estén en condiciones de poder ser exhibidas. Cuando se inauguró el 15 de diciembre de 2010, lo hizo dejando los huecos que debían ocupar las más importantes, que ahora ya están en su sitio. Se convierte así en un referente de la pintura gótica, con importantes piezas también del románico como los frontales de las iglesias de Treserra y Buira.

Javier Lambán ha participado en la ceremonia de reapertura del museo, cerrado durante un mes para hacer la adaptación. El director del mismo, Ángel Noguero, ha recordado los 26 años de espera, 26 años de continuos litigios, primero en la vía eclesiástica y luego en la civil. Por su parte, el presidente aragonés ha destacado que es un acto “de justicia” en el amplio sentido de la palabra. Ha explicado  que los bienes fueron custodiados durante siglos por los curas y habitantes de los pueblos sin darle la importancia artística que se concedió a partir de siglo XIX, hasta que “fueron arrebatados contra su voluntad, sin ninguna indemnización, y trasladados a Lérida, donde fueron a parar a un museo en el que la mayor parte jamás se expusieron”. 

Las intervenciones de las autoridades se han realizado delante del pantocrátor de Villamana. A Lambán le acompañaban el obispo, Ángel Pérez; el consejero de Educación y Cultura, Felipe Faci; el presidente de la Diputación de Huesca, Miguel Gracia; y los alcaldes de Barbastro, Fernando Torres, y Monzón, Isaac Claver, las dos sedes de la diócesis, así como los seis presidentes de las comarcas de su ámbito territorial.

Tras mencionar los muchos años de litigios reiteradamente ganados, el presidente ha destacado que “por fin hoy tenemos la oportunidad de deleitarnos con las obras”. La nueva oferta del museo es “una contribución de primera magnitud a la historia y el arte de la Comunidad de Aragón”, porque salió de los focos de producción artística de la zona oriental (los talleres e Benabarre, Graus y Roda de Isábena), con un “potencial descomunal” en las épocas del románico y el gótico.

El Gobierno de Aragón acompaña en el pleito como parte coadyuvante al obispado frente a la diócesis de Lérida, el museo de esta ciudad y la Generalitat, en cumplimiento, en palabras de Lambán, "de uno de los mandatos del Estatuto Autonomía, que nos obliga a conservar nuestro patrimonio y a recuperar aquella parte que está fuera” y que ha salido de Aragón “en general de forma injusta”.

En este sentido ha citado el acuerdo con Navarra para el intercambio de las piezas que tienen procedentes de Aragón y viceversa, “una relación que nada tiene que ver con la que hemos tenido con Cataluña, que espero que en el futuro se reencauce”.

Lambán se ha felicitado de su suerte por ser el presidente que los ha recibido, sin olvidar el trabajo de sus predecesores, citando a Marcelino Iglesias, quien inauguró hace 10 años el Museo Diocesano de Barbastro-Monzón, ya con espacios preparados para estas obras, “que se esperaba con buen tino que en algún momento volvieran de Lérida a sus lugares de origen, de los que jamás debieron salir”. Por último, se ha referido a quien ha culminado esta tarea, al obispo Ángel Pérez, “con la valentía y el arrojo que le caracteriza”.

Ángel Pérez ha mostrado su satisfacción por “este día inolvidable” para las comunidades cristianas de la diócesis y para todo Aragón y ha agradecido a quienes han hecho posible “este milagro”. “Es un hito que quedará grabado en la memoria colectiva como seña de su identidad”. La muestra pone de manifiesto, ha añadido, “que cuando se va con la verdad por delante y se trabaja con altura de miras y pensando solo en nuestro pueblo los imponderables se hacen realidad”. No ha ocultado que el camino “no ha sido nada fácil” y le ha exigido “armonizar comunión y verdad que al final se hace realidad en la justicia”, en referencia al enfrentamiento con su colega de Lérida, al que ha tendido la mano para colaborar.

Durante su intervención se han podido escuchar las palabras grabadas de su predecesor, Alfonso Milián, fallecido hace unos meses, quien anticipó que la colección del museo “más o menos pronto se verá completado con las piezas que permanecen en Lérida en calidad de depósito”.

El obispo ha concluido citando los lugares de origen de las obras, pertenecientes a 43 parroquias: Bafaluy, Zaidín, Binaced, Capella, Buira, Erdao, Portaspana, Tolva, Egea, Laguarres, Valcarca, Villacarli, Puebla de Fantova, Torrente de Cinca, Entenza, Fraga, Ballobar, Caserras, Castillonroy, Villacarli, Centenera, Chalamera, Cirés, Algayón, El Soler, Gabarret, Castigaleu, Merli, Ardanué, Benavente de Ribera, Vall-Llebrerola, Güell, Azanuy, Puebla de Mon, Montanuy, Iscles, Montagut, Villanueva de Sijena, Monzón, Nachá, Pueyo de Santa Cruz, Santaliestra, Sopeira, Tamarite de Litera, Torruella, Treserra, Irgo, Lascuarre y Morillo de Liena.

Para ellas ha prometido “poder hacer realidad pronto un proyecto itiner-arte”, para llevar el arte hasta las parroquias, y espera que iniciativas como esta y la ruta del románico sirve para contribuir a luchar contra la despoblación. 

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