Una casa museo en Huesca recuerda al fundador de los Ancianos Desamparados, con más de 200 residencias en 17 países

El cardenal Omella ha asistido a la inauguración junto a otros obispos y un nutrido grupo de religiosas de la congregación procedentes de varias comunidades autónomas. 

Inauguración de la casa museo dedicada a Saturnino López Novoa, fundador de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados.
Inauguración de la casa museo dedicada a Saturnino López Novoa, fundador de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados.
Pablo Segura

Saturnino López Novoa (1830-1905) abrió en 1871 en Huesca una residencia para pobres y dos años más tarde fundó una congregación religiosa, las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, que se ocuparían de atenderlos. Actualmente, cuentan con 210 centros que acogen a 26.000 mayores, la mayoría en España, pero también en otros 16 países de tres continentes. 

Aunque nació en Sigüenza, López Novoa pasó buena parte de su vida en la capital oscense. En el edificio donde residió se ha inaugurado una casa museo dedicada a él. Está situada en la plaza Lizana y se ha remodelado como un espacio para recordar su figura, su obra y recrear las costumbres de la época. Así, en la planta calle se replica una antigua panadería que realmente existió. 

El acto de inauguración ha reunido a numerosas autoridades religiosas, encabezadas por el arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, encargado de realizar la bendición. Lo han acompañado los obispos de Huesca, Julián Ruiz; Barbastro-Monzón, Ángel Pérez; y Teruel, el oscense José Antonio Satué. Pero el protagonismo lo han tenido las Hermanitas de los Ancianos Desamparados que han participado en la ceremonia. Algunas de la residencia de Huesca, pero otras llegadas de Comunidades Autónomas vecinas, como Cataluña o Navarra, donde también existen residencias de la congregación.

Hasta Huesca han viajado también la alcaldesa de Aitona, localidad natal de la cofundadora de la congregación y primera superiora general, Teresa de Jesús Jornet e Ibars, que fue santificada, y un representante del Ayuntamiento de Sigüenza, donde nació Saturnino López Novoa. El alcalde de la capital oscense, Luis Felipe, ha anunciado la incorporación de la casa museo a la ruta del patrimonio de la ciudad y ha destacado el otro patrimonio, social y de compromiso cristiano, iniciado por el fundador y al que dan continuidad las religiosas.

Daniel Freixes, del estudio de arquitectos Varis de Barcelona, responsable del discurso museográfico, ha dicho que ha sido "un regalo" hacer este trabajo, para el que ha contado con colaboradores locales. En total, la casa museo cuenta con 1.500 metros cuadrados y un patio. "Unas estancias están dedicadas a la vida de Saturnino López Novoa, que pasó en esta casa 25 años, hasta su muerte. Otra planta del edificio es donde se hospedaban las hermanitas cuando venían a Huesca acompañándolo para distintas labores. Y hay una parte dedicada al museo con todo el material de la vida de la congregación. Además, en la planta calle, donde está la panadería, se puede ver cómo se vivía en aquel tiempo", ha explicado. Un audiovisual ayuda a entender el alcance de la labor de la congregación, que trasciende lo religioso, con más de 200 centros dedicados a atender a los ancianos.

Con ello se pretende atraer no solo a las personas que hacen turismo religioso sino al público en general, para que pueda conocer aspectos de la parte más social de la congregación. "La casa museo no se ha concebido solo en clave religiosa", ha señalado el arquitecto.  

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