La UME rinde homenaje al militar fallecido en Bujaruelo hace 5 años cuando buscaba a un montañero

Víctor Martín Rebollo perdió la vida al despeñarse por un barranco. Desde 2016 han fallecido tres militares en acto de servicio en la provincia de Huesca.

Acto de homenaje en el lugar donde perdió la vida y donde hay instalado un monolito.
Acto de homenaje en el lugar donde perdió la vida y donde hay instalado un monolito.
Heraldo

La Unidad Militar de Emergencias (UME) ha rendido homenaje a Víctor Martín Rebollo, el militar zaragozano de 32 años fallecido en acto de servicio cuando participaba en el dispositivo de búsqueda de un montañero en el Pirineo, junto a la Guardia Civil y voluntarios de Protección Civil. El acto se ha celebrado en el monolito levantado en su honor, junto al barranco por el que se despeñó hace cinco años, en el valle de Bujaruelo (Torla).

El militar sufrió una caída de 40 metros mientras rapelaba. El accidente ocurrió el 30 de abril de 2016, una semana después de la desaparición del excursionista José María García Fernández, también zaragozano, de 36 años, que motivó un despliegue sin precedentes en la zona al que se sumó la UME. El cadáver de este no apareció hasta cinco meses después. Un pastor lo encontró en un barranco que había estado cubierto de nieve, fuera del perímetro de la zona principal de rastreo. 

El homenaje se realizó el pasado jueves. En él participaron familiares y compañeros del IV Batallón de la UME, así como guardias civiles. Sirvió para reconocer "una vida al servicio de los demás" y también para recordar a todos los militares muertos en acto de servicio. "La memoria de nuestro compañero perdura en nuestros corazones y su recuerdo está presente en el espíritu de la unidad.", comentaron.

Desde 2016, han fallecido tres militares en acto de servicio en la provincia de Huesca. Además de Martín Rebollo, ese mismo año se mató Rubén Rangel Vizuete, natural de Elda (Alicante), por un desprendimiento de piedras mientras realizaba unas prácticas de escalada en Canfranc. Otros cinco compañeros, todos de la tercera compañía del batallón Pirineos del Regimiento de Cazadores de Montaña Galicia 64 de Jaca, resultaron heridos. Rangel llevaba casco, estaba en la parte de abajo de la pared, comenzando a ascender y allí le alcanzaron las rocas.

La última víctima, en octubre de 2018, fue el comandante Fernando Yarto, de 48 años, por un disparo fortuito durante un ejercicio militar nocturno con fuego real ocurrido el 9 de octubre de 2018 en el campo de tiro de las Batiellas, a 4 km de Jaca, que él mismo supervisaba. Estaba destinado en la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales de Jaca (Emmoe) y llevaba ejerciendo como profesor allí desde septiembre. La herida le afectó a la arteria femoral y, a pesar de que el oficial, natural de Burgos, fue atendido sobre el terreno y luego en los hospitales de Jaca y Huesca, falleció a las pocas horas.

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