Despedido el trabajador de una reserva de caza por un caso de furtivismo en Torla

La empresa pública Sarga lo acusa de cometer una falta muy grave. Fue sorprendido con dos cabezas de animales en el vehículo oficial.

Una imagen del valle de Bujaruelo, este mes de julio.
Los hechos tuvieron lugar en el valle de Bujaruelo.
HA

La empresa pública Sarga ha despedido al trabajador al que el Seprona de la Guardia Civil sorprendió con dos cabezas de animales y que está siendo investigado por un delito contra la fauna. El departamento de Agricultura ha confirmado el cierre del expediente laboral disciplinario abierto hace unas semanas. Tras el oportuno periodo de alegaciones, se ha considerado que es autor de una falta muy grave y la sanción, según el convenio, ha conllevado su despido. La decisión ya se le ha comunicado. 

El trabajador prestaba servicio en la reserva de caza de Viñamala, una de las cinco existentes en la provincia de Huesca que comprende los términos municipales de Biescas, Fanlo, Hoz de Jaca, Panticosa, Sallent de Gállego, Torla y Yésero. Se trata de espacios delimitados sujetos a un régimen cinegético especial con la finalidad de promover, fomentar, conservar y proteger determinadas especies, subordinando a esta finalidad el posible aprovechamiento de su caza. 

Precisamente, el expediente disciplinario hace referencia, entre otros motivos, a la mala imagen que supone la investigación por un delito contra la fauna de un guarda cuya misión es combatir el furtivismo. 

La Guardia Civil abrió este mes diligencias por este delito al trabajador y otra persona que le acompañaba, al hallar en el coche en el que viajaban  (un vehículo de la empresa) dos cabezas de animales. Una de un jabalí, cuando ya había acabado la temporada de caza de esta especie, y una segunda de otro animal. En este caso, según algunas fuentes, tenía precinto, es decir correspondía a un permiso de los sorteados por las administraciones.  

El caso aún no está cerrado y de momento las fuentes oficiales solo han confirmado la existencia de dos investigados. El departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente ya admitió en un primer momento que se trataba de un empleado de Sarga al que se le había abierto el correspondiente expediente. 

Los hechos tuvieron lugar en el valle de Bujaruelo (Torla), fuera de los límites del Parque Nacional. La dirección de Ordesa precisó en sus redes sociales oficiales que ocurrió en Zona Periférica de Protección y desmintió asimismo cualquier implicación de personal de Sarga que trabaja en el Parque.

La caza de animales en zonas de reserva se realiza en compañía de personal de la administración, ya sea un Agente de Protección de la Naturaleza o un trabajador de Sarga, la sociedad instrumental del Gobierno de Aragón para labores agrarias o ambientales.

Los permisos para la caza de determinados ejemplares se venden en subastas, promovidas por propietarios de montes o ayuntamientos, y por algunas de estas piezas de caza mayor se pueden llegar a pagar 2.500 o 3.000 euros, dependiendo del tamaño del animal y de su cornamenta. Es el trabajador que acompaña al cazador el que marca la pieza a abatir, en función de la categoría del trofeo asignado (bronce, plata y oro) y de las limitaciones de las capturas. En la cabeza del animal se coloca un precinto con la fecha y hay que acreditar la correspondiente documentación.

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