Principio de acuerdo en Ferroatlántica con 42 despidos, 12 recolocaciones y nuevas inversiones

Los trabajadores de la planta de Monzón deberán ratificarlo este jueves en asamblea.

Protesta de la plantilla de Ferroatlántica este jueves en Monzón
Imagen de archivo de una de las protestas de la plantilla de Ferroatlántica en Monzón
J. L. P.

A las cinco de la madrugada y tras dos intensas jornadas de negociación, la dirección del grupo Ferroglobe y el comité de empresa de Ferroatlántica, su planta de Monzón, han llegado a un principio de acuerdo para paralizar el ERE que contemplaba 63 despidos de una plantilla de aproximadamente 140 trabajadores. A cambio habrá nuevas inversiones, 12 recolocaciones y se finalizarían 11 contratos fijos discontinuos y 31 indefinidos. 

La jornada del martes fue maratoniana, de más de 12 horas de reuniones que por fin dieron fruto a un acuerdo que satisface a ambas partes y que deberá ser refrendado en asamblea por los trabajadores este jueves a las 13.30. Allí se explicaran en detalle todos los puntos del preacuerdo. 

Finalmente, la dirección acepta llevar a cabo un plan industrial, condición indispensable exigida por los trabajadores para garantizar la viabilidad de esta histórica planta de siete décadas de antigüedad. Ferroglobe se compromete a realizar durante los años 2021 y 2022 unas inversiones detalladas por valor de 595.000 y 625.000 euros, respectivamente. Asimismo se comprometen a trasladar a Monzón 11.000 toneladas de sillico manganeso afinado, lo que supone carga de trabajo para nueve personas. También proponen una inversión de 3.000.000 euros en una planta para fabricar pasta Soderberg que abastecería al grupo de unas 12.000 toneladas y que podría crear nueve empleos de producción y dos de mantenimiento. Esta inversión estaría condicionada a recibir por parte del Gobierno las subvenciones necesarias y podría estar operativa en un plazo de 3 años máximo.

El acuerdo también contempla 12 recolocaciones, la mitad en en la planta gallega de Boo, dirigidas al personal que cumple 61 años en este año y el próximo, al que se le ofrecerá un contrato de relevo para volver a Monzón, donde pasarán a una reserva activa, pudiéndoseles requerir para trabajar en la planta. La no aceptación de estas condiciones supondrá entrar al ERE con una indemnización de 40 días por año trabajado con 12 mensualidades de tope. Otras cuatro recolocaciones voluntarias serían en la planta de Sabón (Cantabria) para personal de producción. Y dos más en Madrid para personal de estructura. En todas ellas, si en el lugar de destino el convenio es superior al de Monzón se aplicará el de la planta de llegada y si por el contrario es inferior, se mantendrán las condiciones actuales acumulando la diferencia como un complemento 'ad personam' no absorbible ni compensable y revalorizable en la subida del convenio de llegada. Asimismo, se cobrará un complemento mensual de 625 euros mensuales en concepto de ayuda desplazamiento mientras dure el mismo y con un límite de 24 meses.

Al margen de las recolocaciones voluntarias, el ERE previsto afectaría finalmente a los 11 contratos de fijos discontinuos y a los 31 contratos indefinidos. Las indemnizaciones serán de 40 días por año trabajado con un límite de 18 mensualidades. Para el cálculo se tendrá en cuenta el salario regulador incluyendo todo lo que no se subió en el año 2020, es decir incremento salarial y el plan de pensiones.

Con los afectados por los despidos y con los voluntarios que se trasladen a las otras plantas, se creará una bolsa de la que si hay posibilidad de contrataciones indefinidas en Monzon, se ofrecerán a los desplazados en otras plantas y si la contratación es eventual se ofrecerá a los despedidos.

Antes de conocerse la lista de afectados, se abrirá un proceso de 7 días para que se apunten voluntarios para la salida, y una vez conocidos los candidatos, en el caso de que no se hayan cubierto las recolocaciones ofrecidas en Sabón y Madrid, se abrirá un proceso de 72 horas y podrán acogerse a dichas recolocaciones alguno de los afectados. Se creara una comisión de seguimiento del ERE y de las inversiones compuesta por el Comité de Empresa y las Federaciones Regionales sindicales.

El presidente del comité de empresa, Miguel Puyuelo, elude valorar este preacuerdo y simplemente lo califica como “no malo, teniendo en cuenta la posición de partida de la empresa que estaba cerrada en banda. Las negociaciones han sido muy duras para conseguir estas condiciones”.

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