La iglesia de Castarlenas, al borde de la ruina total

Este templo, situado en la comarca de la Ribagorza, tiene los días contados. Expertos y asociaciones han reivindicado que al menos se rescate su portada renacentista. 

Imagen de la iglesia de Castarlenas, en la comarca de la Ribagorza.
Imagen de la iglesia de Castarlenas, en la comarca de la Ribagorza.
Ángel Gayúbar

Su imponente silueta recortada en lo alto, con el cielo como telón, es una de las imágenes más características del territorio del valle del Sarrón, en la Baja Ribagorza, pero parece que tiene los días contados. La ruina avanza imparable en la fábrica de la monumental iglesia renacentista del despoblado de Castarlenas sin que ni las voces de auxilio de distintas personas y entidades de la zona ni los –escasos- proyectos que han intentado buscar alternativas a un colapso más que inminente hayan conseguido ningún fruto.

Meses antes de la crisis sanitaria y social –y la consiguiente paralización de buena parte de la vida cotidiana- varias asociaciones culturales y sociales solicitaban una urgente actuación en esta iglesia para, al menos, salvar la preciosa portada renacentista de este templo. Incluso se llegó a plantear la posibilidad de crear una fundación centrada en la salvación de un templo que muchos ribagorzanos entienden que debe ser salvado de la destrucción y del olvido.

La vida demorada para los humanos de la últimos meses no ha impedido que la naturaleza siga haciendo su trabajo y la situación que presenta la iglesia de Castarlenas es cada vez más complicada, una vez que el derrumbe de buena parte de la techumbre ha dejado al aire unas crujías y bóvedas en las que las grietas, cada vez más anchas, avanzan sin que nadie haga nada por evitarlo.

La última voz de alarma la ha lanzado el experto en arte Francisco Martí quien, acompañado entre otros por el párroco grausino, visitaba días atrás este despoblado para conocer la situación del templo tras las últimas nevadas e incidencias climatológicas y se mostraba "tremendamente preocupado" por el estado de la fábrica del edificio. "El deterioro de lo que fue hasta hace cincuenta años un pueblo más de esta comarca, condenado como otros a la despoblación por la falta de carreteras, de luz eléctrica, de agua y alcantarillado, es imparable. Parece que estemos viendo los resultados de un bombardeo devastado", comenta Martí, señalando que la iglesia se mantiene en pie, "pero ya son una completa ruina su interior y su cubierta exterior sobre la bóveda".

Martí no ve muchas posibilidades, "prácticamente ninguna", de que la iglesia pueda recuperarse. Sí entiende que su "magnífica" portada renacentista se puede salvar, "pero nos queda muy poco". "Únicamente hace falta que las autoridades se lo tomen en serio. Y no solo las autoridades, también se podrían involucrar aquellos particulares que han hecho de esas zonas lugar de residencia temporal o de esparcimiento como turismo rural, cotos de caza o cualquier otra función en una suerte de mecenazgo".

El templo está dedicado a San Pedro Apóstol y sigue la pauta de las construcciones de transición entre el gótico y el renacimiento, muy habituales en el sur de Ribagorza y en las zonas vecinas del Somontano y La Litera, con unas notables dimensiones, una vistosa galería de arcos de medio punto de ladrillo y una airosa torre que destaca como un vigía en el horizonte del valle. Su portada, de estilo típicamente renacentista, está flanqueada por columnas corintias, con abundantes motivos de 'candelieri', angelotes, máscaras relativas a la muerte y personajes desnudos que portan cuernos de la abundancia y cintas con frutos en las dovelas de la rosca, los riñones laterales y las jambas, y es uno de los mejores ejemplos de escultura de la época plateresca que existen en este territorio.

No existen datos concluyentes sobre el autor de esta iglesia y el de impactante fachada, aunque sí hay constancia de que en 1556 el escultor Joan Tellet realizó el pórtico de la iglesia de la Virgen de la Peña y que dejó allí su firma para atestiguarlo. En este mismo pórtico labró una puerta para la capilla de San Juan de Letrán que reproduce un modelo del III Libro de Arquitectura del tratadista Sebastián Serlio. Significativamente, las enseñanzas de Serlio aparecen aplicadas en otras fachadas como la de la iglesia de la Asunción de Lascuarre que, atribuida al picapedrero y tallista Jaques de Anduxes por ser vecino de la localidad en esos años, es obra contemporánea de la anterior y toma como modelo el Arco de Borsari de Verona que aparece también en el Libro III del arquitecto manierista italiano.

Pero el modelo se mantiene en la zona durante varias décadas y la iglesia de San Sebastián de Laguarres –muy parecida estilísticamente a las dos anteriores- se puede datar con relativa precisión en 1586, fecha que figura en su portada junto a la firma del maestro ejecutor Antón Orsín, natural o residente en Graus, a quien algunos autores atribuyen obras similares en otras iglesias de la baronía de Castro de características parecidas y, entre ellas, esta de San Pedro en Castarlenas que, si no se actúa urgentemente, lleva camino de desparecer de esta historia.

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