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"No quiero comida ni ropa, solo busco un piso digno que pueda pagar con un sueldo de 520 euros"

Cáritas Huesca busca viviendas a precios asequibles para casos como el de Fátima y sus dos hijos, que podrían quedarse en la calle el 3 de marzo. La DGA lanzará una campaña para aumentar su bolsa de alquiler social.

Fátima lleva 13 años viviendo en Huesca y el 3 de marzo puede quedarse en la calle con su hija de 12 años y su hijo de 7.
Fátima lleva 13 años viviendo en Huesca y el 3 de marzo puede quedarse en la calle con su hija de 12 años y su hijo de 7.
Pablo Segura

La cuenta atrás ha comenzado de nuevo para Fátima y sus dos hijos, de 12 y 7 años. Esta mujer marroquí divorciada y víctima de violencia de género se enfrentará el 3 de marzo a una orden de desahucio en Huesca, la tercera en poco más de un año. Las dos anteriores consiguió frenarlas pero reconoce que tiene miedo de quedarse en la calle. Por ello, lanza un grito desesperado para poder conseguir una "vivienda digna" a un precio asequible. "No necesito ni comida, ni ropa, solo un piso", recalca.

Ella es una de las personas que podrían beneficiarse de la campaña ‘Tú puedes ser la llave’ de Cáritas Huesca, que busca sensibilizar a propietarios de viviendas vacías para que la pongan a disposición de personas (acompañadas por la entidad) en régimen de alquiler a precios bajos. Hasta ahora han tenido muy pocos ofrecimientos y mientras tanto la lista de espera crece.

Fátima llegó a España en 2008 por reagrupación familiar ya que su marido vivía en Huesca desde 1996. "Desde el primer día que llegué, vivo en el mismo piso", recuerda. Diez años después, inició los trámites de divorcio. "Los malos tratos fueron el último de muchos motivos", asegura.

Al quedarse con el cuidado de los dos menores, el juzgado le concedió el uso de la vivienda, por la que su marido llevaba tres años pagando un alquiler social de 83 euros que acordó con el banco, al no poder pagar la hipoteca. Fátima estaba dispuesta a asumir este arrendamiento y contactó con la entidad para que le traspasara la titularidad del contrato. "Pero no me han hecho caso, su respuesta ha sido siempre pedir el desahucio", lamenta.

La primera amenaza de quedarse en calle llegó en enero de 2020 y logró pararla. Pero llegó una nueva orden judicial de desahucio para septiembre. "Me acuerdo que estaba preparando las mochilas de mi hija, que empezaba en el instituto, y de mi hijo, que volvía al cole. Y llegó un procurador con una furgoneta para sacarlo todo. Aquel día, si no hubiera estado la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y Cáritas, me hubiera quedado en la calle porque todas las demás instituciones me han cerrado las puertas", critica. Y es que Fátima presentó hace tres años la solicitud de un alquiler social a la DGA y aunque le dieron el visto bueno, "no tienen pisos", señala.

"Aquel día, si no hubiera estado la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y Cáritas, me hubiera quedado en la calle porque todas las demás instituciones me han cerrado las puertas"

Tiene el título de Filología Hispánica -está intentando convalidarlo en España- pero ahora trabaja a media jornada cuidando a un matrimonio mayor y cobra 520 euros. Es su único ingreso ya que su exmarido lleva casi un año sin pagarle la pensión de 200 euros. Asegura que con ese dinero es "imposible" acceder a un piso en Huesca. "He intentado buscar pero son carísimos. Todos valen 500 o 600 euros, no hay ninguno de 200 o 300. Y con lo que cobro, no puedo meter los pies en el fuego porque con dos niños hay muchos gastos. A principio de cada mes, con pagar las facturas y la compras de comida casi me quedo ya sin nada", afirma. Por suerte, su familia de Marruecos le ha ayudado enviándole ropa y muebles "pero no pueden mandarme 1.000 euros cada mes". "No tengo cien problemas, solo uno, pero nadie me da una solución más allá de ofrecerme un albergue cuando me quede en la calle".

Pese a su agónica situación, prefiere "tragarse todo" para intentar que sus hijos no sufran. "No paso una noche tranquila pensando en el desahucio. Pero cuando estoy en casa, tengo que poner buena cara porque son niños y tienen que comer, hacer los deberes e intentar hacer una vida lo más normal posible", indica Fátima, que apela a que los propietarios de pisos de Huesca y los responsables del banco "nos escuchen con cariño y humanidad y piensen en los niños"

La DGA reconoce su "preocupación" por la Bolsa de Alquiler Social

La Bolsa de Alquiler Social del departamento de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda del Gobierno de Aragón tiene 24 solicitantes en Huesca con derecho reconocido para acceder a una vivienda y se están evaluando siete más. En la capital hay 20 pisos en esta bolsa, aunque tres se quedan libres para casos de emergencia, desahucios y otras situaciones de especial vulnerabilidad. En el último año no se ha incorporado ninguna vivienda particular, algo que le "preocupa" a la directora general de Vivienda, Verónica Villagrasa, quien adelanta que están preparando una campaña de información "para animar a los propietarios a ceder sus viviendas vacías para que atender las demandas más urgentes".

En 2020, Cáritas Huesca atendió 527 solicitudes de ayudas relacionadas con vivienda que supondría 1.280 beneficiarios. La mayoría tienen el mismo problema que Fátima, encontrar un piso digno y asequible "porque si los precios del mercado inmobiliario ya son complicados si tienes un trabajo normalizado, para una persona sola con hijos que trabaja a media jornada...". La entidad solo puede ofrecer apoyos puntuales "porque no tenemos capacidad para mantener todos los alquileres", recalcan.

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