Huesca

Cerrada la ermita de las Mártires de Huesca para evitar aglomeraciones por Santa Águeda

Desde tiempo inmemorial, las mujeres de la capital oscense acuden a este santuario el 5 de febrero para venerar a la santa y mártir, cuya festividad se celebraba intensamente en toda la provincia antes de la covid-19.

Exterior de la ermita de las Mártires durante la festividad de Santa Águeda en foto de archivo.
Exterior de la ermita de las Mártires durante la festividad de Santa Águeda en foto de archivo.
Javier Broto/HERALDO

La ermita de las Mártires de Huesca permanecerá cerrada este viernes 5 de febrero, festividad de Santa Águeda, debido a la crisis sanitaria. En esta fecha, el santuario es lugar de peregrinación de cientos de oscense, sobre todo mujeres, que acuden hasta la cima del cerro de igual nombre para celebrar el día de la santa, mártir a la cual le cortaron los pechos. 

La Diócesis de Huesca ha decidido que la ermita permanezca cerrada para evitar aglomeraciones. Tampoco se celebrará en la misma la eucaristía, al no poder cumplirse las condiciones para evitar contagios. Otros años, el 5 de febrero tenían lugar aquí hasta tres misas y a lo largo de toda la jornada las puertas estaban abiertas a todas las personas que pasaban por allí para venerar a San Águeda. 

Por la mañana y, normalmente, el exterior del santuario, la Asociación de Amas de Casa vendía las tradicionales 'teticas', bollos con forma de seno de mujer que habían sido bendecidos. Tras las misas, se besaba un símbolo de la santa, algo imposible de llevar a cabo con la actual pandemia. En algunas ocasiones, incluso se han organizado actuaciones de jota. 

La festividad de San Águeda se extiende por localidades de toda la provincia que este año han tenido que adaptar o, directamente, suspender los programas organizados para esta fecha, que suelen incluir juegos, celebraciones religiosas, cenas, hogueras... En Grañén, por ejemplo, a las 11.00 tendrá lugar una misa en honor de la santa. Para acceder a la iglesia se dará prioridad a quienes se apuntaron con anticipación, ya que el aforo es limitado. 

 Tras la eucaristía, se hará el tradicional reparto de bollos bendecidos, con un espacio delimitado para que no se aglomere la gente. Asimismo, se recuerda que es obligatorio el uso de la mascarilla y mantener la distancia de seguridad. 

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