Las obras de la autovía Huesca-Siétamo se ralentizan por un modificado del proyecto

Dos años después de empezar las obras, el Ministerio ha tenido que realizar cambios con un coste adicional de 4,3 millones de euros.

Una imagen de las obras en la autovía el pasado miércoles.
Una imagen reciente de las obras en la autovía, cuando los trabajos ya se habían ralentizado.
Rafael Gobantes

El tramo Huesca-Siétamo ha sufrido un nuevo tropiezo que retrasará un año las obras respecto a la fecha de inauguración prevista (septiembre del 2021). La autovía entre la capital oscense y Lérida está completamente en servicio con la excepción de los 13 kilómetros de ese recorrido, donde se trabaja desde agosto de 2018 para descargar el tráfico de la actual N-240 en las proximidades de la capital oscense, con una media de 11.000 vehículos diarios.

El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha tenido que hacer un cambio en el trazado, dos años después de iniciarse las obras. El modificado número 1 del proyecto ha recibido la aprobación provisional y se someterá próximamente a información pública, según ha informado este jueves el departamento que encabeza José Luis Ábalos.

Los Presupuestos Generales del Estado ya evidenciaron la existencia del algún problema, que hasta ahora no se había hecho público, al retrasar la inversión plurianual. Finalmente, el Ministerio ha informado de que es necesario adaptar el proyecto para reponer las líneas eléctricas, según las especificaciones de la compañía propietaria, y esto conllevará nuevas ocupaciones de tierra, adicionales a las requeridas en el proyecto constructivo original. 

El tramo Huesca-Siétamo fue el último en iniciarse en la autovía Huesca-Lérica, cuya primera piedra se puso hace 15 años con la variante de Monzón. El proyecto ha sufrido numerosos tropiezos. Estuvo bloqueado por problemas medioambientales, desacuerdos en el trazado y, finalmente, por la crisis económica. 

El Ministerio acomete ahora un modificado, con un presupuesto adicional de 4,3 millones de euros, a añadir a los 46,8 de la adjudicación. Contempla "la actualización de la reposición de numerosos servicios afectados para su adecuación a la realidad de la obra, modificaciones en los encauzamientos, elementos de drenaje, sistemas de contención y un cambio en la configuración de uno de los enlaces, entre otros aspectos". 

Se desconocía que las obras estaban parcialmente paralizadas, y ahora se ha sabido que se ha acordado continuar provisionalmente los trabajos afectados por la modificación, "por lo que a lo largo de las próximas semanas las obras podrán reanudarse en varios de sus tajos".

La finalización estaba prevista para septiembre del 2021, pero se retrasará más de un año. La Delegada del Gobierno en Aragón, Pilar Alegría, avanzó como fecha noviembre del 2022. De hecho, las previsiones del Ministerio de Transportes para 2021 distribuyen la inversión hasta el 2023: 7,3 millones ejecutados en 2020; 13,3 en 2021; y después de la fecha teórica de inauguración aún quedaría por gastar más de la mitad del montante, 23,4 en 2022 y 4, 6 en 2023. Hasta entonces, los conductores seguirán sufriendo el cuello de botella que atraviesa el peligroso tramo de Estrecho Quinto, por donde pasan 11.000 vehículos diarios. 

El trazado atraviesa los términos municipales de Siétamo, Loporzano, Quicena y Huesca. En los primeros 8 km se construye una autovía de nuevo trazado, mientras que para el resto se llevará a cabo un desdoblamiento por el lado norte de la carretera N-240 a lo largo de la Ronda Norte de Huesca, hasta la conexión con la autovía A-23. 

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