Un estudio detecta lindano en la madera de los bosques de Sabiñánigo

Ecologistas en Acción, que ha presentado el informe 'Lindano, presente de un legado tóxico', realizó muestreos en los montes del entorno de los verdeteros de Sardas y Bailín. 

Encapsulado de los residuos de lindano que quedan en la antigua fábrica de Inquinosa para almacenarlos en condiciones estancas en la misma factoría (2017)
Encapsulado de los residuos de lindano que quedaban en la antigua fábrica de Inquinosa para almacenarlos en condiciones estancas en la misma factoría (2017)
Laura Zamboraín

Un estudio de Ecologistas en Acción ha detectado elevadas concentraciones de residuos de lindano en la madera de los árboles de los bosques situados en las inmediaciones de Sabiñánigo. La organización ha presentado este miércoles el informe ‘Lindano, presente de un legado tóxico’, que rastrea la persistencia de este pesticida prohibido. En 2019, realizó muestreos en los municipios vizcaínos de Enekuri y Jata y en Sabiñánigo, en este caso cerca de los vertederos de Bailín y Sardas, donde Inquinosa, entre 1975 y 1989, arrojó toneladas de residuos de forma incontrolada.

Según los ánalisis, la concentración en los montes de Sabiñánigo era de entre 0,48 y 0,96 miligramos por kilo, "centenares de veces superiores a la norma de calidad ambiental para este tóxico en las aguas superficiales". Además de suponer "un grave peligro para la salud humana, la flora, la fauna autóctona y los animales de granja", Ecologistas en Acción advierte del riesgo si hay un incendio forestal porque se desprenderían humos tóxicos, como el fosgeno, el cloruro de hidrógeno y el monóxido de carbono.

“El fosgeno puede ser perjudicial si se respira. La exposición a bajos niveles puede producir irritación de los ojos y la garganta provocando toses y jadeos. Los niveles más altos de gas de fosgeno pueden producir dilatación de los pulmones, dificultando así la respiración. Esto puede suceder rápidamente o puede que no se note hasta el día siguiente", explica la organización ecologista en su informe. El fosgeno se utilizó durante la Primera Guerra Mundial como un agente asfixiante. 

Hasta ahora se conocía sobre todo la contaminación en las aguas del Gállego y en los suelos de los vertederos de Sabiñánigo (Bailín y Sardas). Se calcula que hay más de 80.000 toneladas de residuos sólidos y entre 4.000 y 6.000 de desechos líquidos del pesticida lindano, almacenados en bidones o vertidos directamente sin ningún tipo de control. Sabiñánigo lleva más de 40 años conviviendo con el problema, pero la herencia envenenada de Inquinosa afloró en el Gállego en 2014, donde una fuga, con motivo del traslado de casi 420.000 toneladas de suelos contaminados desde el viejo vertedero de Bailín a una nueva celda de seguridad, obligó a cortar el suministro de agua de boca a las poblaciones ribereñas. El pesticida está presente en los vertederos, la fábrica y el embalse de Sabiñánigo, y además ha provocado una factura millonaria, ya que el Gobierno de Aragón ha tenido que dedicar importantes inversiones al control de los depósitos de lindano.

La dispersión del lindano ha dado lugar a numerosos estudios. Incluso un grupo de investigadores de la Universidad de Zaragoza detectó rastros en ibones del Pirineo, a más de 30 km de distancia y a casi 2.000 metros de altitud, pero era menos conocida su presencia en la madera de los árboles de los bosques cercanos.

El informe de Ecologistas en Acción analiza la presencia del gamma-HCH (hexaclorociclohexano), un residuo generado en la fabricación de lindano, en distintos puntos del país donde se produjo el pesticida, entre ellos las provincias de Vizcaya y Huesca. El principal problema es que los vertidos se realizaron de forma incontrolada, "sin que en muchos casos se conozca la ubicación de los vertidos, la cantidad depositada y las condiciones en que se realizaron". Esto explicaría, según los ecologistas, que años después de su prohibición se siga detectando en bastantes cursos de agua distribuidos por casi todo el Estado español.

El estudio se centra sobre todo en analizar la presencia en el agua. Concluye que está presente en todas las demarcaciones hidrográficas, aunque únicamente se detectaron 5 valores iguales o superiores a la norma de calidad, tres en el Guadalquivir (2 en 2017 y 1 en 2018), y las otras dos en el Duero y en el Segura en el año 2018. Respecto a la cuenca del Ebro, el coordinador del informe, Javier Vázquez, cree que "no se detecta porque no se está midiendo en condiciones". 

Ecologistas en Acción ha remitido el informe al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y a los gobiernos autonómicos más afectados por focos de contaminación: Aragón, País Vasco, Galicia y Cataluña. Asimismo se enviará a todas las confederaciones hidrográficas donde sigue detectándose la presencia de HCH-lindano en aguas superficiales. Pide también la adopción de otras medidas de control y remediación de las situaciones de contaminación como la armonización de normas de análisis y la búsqueda e intervención sobre los suelos contaminados por esos residuos. 

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