Las acusaciones del caso Naiara buscan una condena de prisión permanente para Iván Pardo
La vista se inicia el miércoles con la declaración de los acusados tras elegir este martes a los nueve miembros del jurado.
Las acusaciones del caso de Naiara Briones buscan desde este miércoles demostrar al jurado que la muerte de la niña de 8 años, ocurrida el 6 de julio de 2017 en Sabiñánigo, fue un asesinato con alevosía, ensañamiento y vulnerabilidad de la víctima que merece la prisión permanente revisable. Esta podría ser la primera condena de la pena máxima dictada en Aragón, desde su aprobación en 2015 con el único apoyo del Partido Popular. Aunque se ha solicitado en otra ocasiones, nunca se ha sentenciado a nadie a cumplir este castigo.
El jurado ha quedado conformado este martes en la sesión previa del juicio, celebrada a puerta cerrada en la Audiencia Provincial de Huesca y en la que los letrados de las partes han expuesto sus pretensiones. Las 25 personas preseleccionadas se redujeron a nueve más dos suplentes. Uno de los candidatos se ausentó por enfermedad y el otro sin justificación, lo que dará lugar a una sanción. Los abogados destacaron la juventud del jurado. De hecho, uno de los miembros era menor cuando ocurrieron los hechos sobre los que emitirá un veredicto.
El tribunal popular deberá determinar si Iván Pardo, autor confeso de la muerte de la niña, cometió un delito de asesinato y otro de violencia física habitual. En segundo lugar, valorar la participación de su madre, Nieves Pena, y su hermano y padrastro de la niña, Carlos Pardo, en los malos tratos a la menor.
Tanto el fiscal como la acusación particular sostienen que las cinco horas de tortura que acabaron con la vida de Naiara (en su cuerpo había 56 lesiones externas) se encuadran en el delito de asesinato agravado. "Esperamos convencer al jurado de que existen circunstancias agravantes, como el ensañamiento", ha declarado a la salida del Palacio de Justicia el letrado Luis Marín, abogado de Mariela Benítez, la madre de la niña.
"No era presa de la ira"
Por su parte, Marcos García Montes, representante del padre biológico, Manuel Briones, que declarará por videoconferencia desde Chile, extiende la acusación de asesinato a Carlos Pardo y Nieves Pena en la modalidad de comisión por omisión, mientras que el abogado de estos solicita la libre absolución al entender que no participaron en el maltrato a la niña.
"La declaración de la madre es fundamental", según García Montes, que durante todo el proceso ha intentado sin éxito incriminar a Mariela Benítez, ausente aquellos días porque trabajaba en un hostal de Bielsa. También las de dos sobrinas de Iván Pardo, de 12 y 14 años, obligadas según el fiscal a participar en la tortura y proporcionarles los objetos que demandaba: el calcetín para cubrir la boca, el cinturón para golpearla, la raqueta eléctrica para producirle descargas y quemaduras y el amoniaco para evitar que entrara en el estado de inconsciencia.
El acusado declaró en el juzgado de forma "clara y tranquila", asegura García Montes, "y no puede venir ahora a decirnos que ese día estaba loco y era presa de la ira", en referencia a los argumentos de la defensa, que rebaja el delito a lesiones dolosas y homicidio culpable. El letrado cree que los servicios sociales y los profesores "tienen mucho que decir" también y se pregunta por qué nadie alertó de la situación de la niña.
Las dudas de si Iván Pardo cambiará la versión se despejarán mañana con su interrogatorio. Le seguirán el de su madre y su hermano. El jueves, el jurado escuchará a las dos menores, testigos presenciales de los hechos, así como a los padres biológicos de la niña.
