El aragonés Damián Iguacén se convierte con 104 años en el obispo más longevo del mundo

El puesto lo ocupaba hasta ahora un prelado chileno, sobrino del presidente Piñera, que murió por covid. Iguacén ha sido prelado de Teruel, Barbastro y Tenerife y actualmente vive en una residencia de Huesca.

Damián Iguacén recibió a mediados de julio la visita de los obispos de Tenerife (izda) y Huesca.
Damián Iguacén recibió a mediados de julio la visita de los obispos de Tenerife (izda) y Huesca.
Montserrat Brescó

El obispo emérito Damián Iguacén, que dirigió las diócesis de Barbastro, Teruel y Tenerife, se ha convertido en el prelado católico más longevo del mundo, tras el fallecimiento hace unas semanas, por coronavirus, del chileno Bernardino Piñera, también de 104 años. Iguacén, nacido en la localidad zaragozana de Fuencalderas, es historia viva de la Iglesia de Aragón, ya que ocupó importantes cargos en las tras provincias. Actualmente se encuentra en una residencia de ancianos de Huesca atendido por religiosas.

El pasado mes de febrero recibió un homenaje en el centro geriátrico con motivo de su cumpleaños al que asistieron el resto de internos y trabajadores, pero también familiares, personas vinculadas a él en su etapa de párroco de la iglesia de San Lorenzo, sacerdotes de la diócesis o el propio obispo de Huesca, Julián Ruiz.

Entonces ocupaba el segundo puesto entre los obispos de más edad. Con Bernardino Piñera solo se llevaba unos meses. Este murió el pasado 21 de junio en un hospital, en el que había ingresado después de detectarse un brote de coronavirus en la residencia de ancianos donde vivía. A su funeral asistió el presidente de Chile, Sebastián Piñera, sobrino suyo. La ceremonia estuvo envuelta en la polémica al sobrepasar el aforo permitido por el protocolo sanitario del país. Además, se difundió un vídeo en el que se podía ver a Piñera pedir la apertura del ataúd, a pesar de que algunos presentes le advertían de que eso no se podía hacer.

La visita de los obispos

Unos días después, a mediados de julio, Iguacén, ya convertido en el obispo católico de mayor edad, recibió la visita de Bernardo Álvarez, al frente de la diócesis de Tenerife, de la que el aragonés es prelado emérito, y de su homólogo de Huesca, Julián Ruiz.

Pese a su edad y a que su estado físico se ha resentido últimamente, se sigue comunicando con las personas que lo cuidan en la residencia de la capital oscense, "para las que siempre tiene una bendición". No obstante, se muestra menos expresivo, según comentó Montserrat Brescó, la superiora de la residencia de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados donde vive. El día de su 104 cumpleaños iba en silla de ruedas y su movilidad aún se ha deteriorado más desde entonces. Tiempo atrás concelebraba cada día la misa en la capilla de la residencia .

El último destino de Iguacén fue Tenerife. En 1991, la Santa Sede aceptó su renuncia y pasó a ser obispo emérito. Desde su ordenación como sacerdote en 1941, ejerció de párroco en numerosos pueblos del Alto Aragón y en la iglesia de San Lorenzo de Huesca (de 1955 a 1969), donde dejó una huella imborrable. También ocupó cargos en las provincias de Teruel y Zaragoza. En esta actuó como delegado episcopal de Huesca, coadjutor de Santa Engracia y párroco de San Lino, en el barrio de San José.

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