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Fiesta de cumpleaños en Huesca para el segundo obispo católico más longevo 

El prelado emérito Damián Iguacen cumple 104 años y para celebrarlo la residencia donde vive le preparó una gran fiesta con jotas, globos y tarta. 

Damián Iguacén, obispo emérito de Tenerife, ha celebrado su 104 cumpleaños con una fiesta, tarta y baile y se convierte en el obispo católico más longevo del mundo.

El obispo emérito Damián Iguacén, un referente para la Iglesia en Aragón, ha cumplido este miércoles en Huesca la friolera de 104 años, una edad que lo convierte en el segundo prelado más longevo no solo de España sino de toda la Iglesia católica. Solo lo supera el chileno Bernardino Piñera, de 105 años. Iguacén ha soplado las velas en la residencia de ancianos de Huesca donde vive, que ha celebrado por todo lo alto el aniversario, en una fiesta con globos, una gigantesca tarta y hasta jotas, todo ello animado por las sorpresas de los internos y trabajadores del centro. Con emoción y una permanente sonrisa, Iguacén ha agradecido este acto "espontáneo" porque lo más importante es "el afecto y el amor".

Iguacén nació en Fuencalderas (Zaragoza) en 1916 y ha sido obispo de Barbastro, de Teruel y de Tenerife. Este fue su último destino. En 1991, la Santa Sede aceptó su renuncia y pasó a ser obispo emérito. Pero desde que fue ordenado sacerdote el 7 de junio de 1941, ha ejercido en numerosos destinos como párroco: Ibieca, Aguas, Liesa, Panzano y Santa Cilia, en la zona de Úrbez, en Torla, Fragen o Víu. También estuvo al frente de la parroquia de San Lorenzo de Huesca, entre 1955 y 1969, donde dejó una huella imborrable. Y ha dedicado gran parte de su vida a impartir ejercicios espirituales en la península y las islas, en Cuba, Argentina, Brasil, Italia y Francia. Además, ha impulsado y promovido muchas iniciativas en ámbitos como la educación prematrimonial, la juventud, los enfermos o el patrimonio cultural de la Iglesia.

Este miércoles, al cumplir 104 años, ha proclamado la importancia de vivir "con alegría" y "estar bien con Dios y con todo el mundo, pasar por la vida haciendo el bien". Lo ha dicho ante las decenas de asistentes a la fiesta organizada por la residencia de las Hermanitas de Ancianos Desamparados donde vive. La mayoría, residentes y trabajadores, pero también se han sumado otras personas vinculadas a él en su etapa de párroco de San Lorenzo, sacerdotes de la diócesis o el propio obispo de Huesca. 

Como maestro de ceremonias ha actuado el jotero Toño Julve, quien le ha preguntado por la fórmula secreta para llegar a esa edad. Emocionado y con una sonrisa en su rostro, Iguacén ha escuchado las canciones preparadas por los internos y los trabajadores, que además le han entregado una postal dibujada por ellos mismos con la figura de una camello en referencia a su paso por Tenerife. También ha recibido un ramo de rosas y , no podía faltar, una gran tarta con una fotografía suya impresa, cuyas velas le han ayudado a soplar. Julve y la jotera Carlota Boli le han dedicado varias jotas, entre ellas 'Pulida Magallonera' y otras alusivas a San Lorenzo y el Santo Cristo de los Milagros, que despiertan gran fervor popular en Huesca. Previamente se ha celebrado una misa de acción de gracias en la capilla del centro.

El obispo de Huesca, Julián Ruiz, ha elogiado su trayectoria. "Lleva una triple etiqueta de calidad", ha dicho en su discurso. La primera, de su paso por diversas diócesis como párroco y sacerdote. "Se le recuerda con mucho agrado en la parroquia de San Lorenzo. Entonces ya apuntaba maneras. También sirvió en la diócesis de Barbastro, y en la provincia eclesiástica de Zaragoza. En Teruel y Albarracín se le quiere con locura". Más tarde, inició "un largo viaje" hasta Tenerife. "No era fácil, había problemas anudados y consiguió desatarlos". 

La segunda etiqueta se refiere a su papel como "puntal en la difusión del patrimonio cultural", y la tercera, a su condición de precursor de la pastoral de la salud en la Conferencia Episcopal. "Siempre ha estado en el mejor puesto sin que se le vea. Ha sido un referente para los obispos del mundo", ha concluido Julián Ruiz, quien ha alabado su "sencillez y generosidad". "Es un hombre lleno de luz interior, con un gran corazón que siempre ha acompañado a los ancianos para que no sufran la soledad". Está previsto que otro obispo, el de Tenerife, viaje a Huesca este miércoles para felicitarlo en su 104 cumpleaños.

"Me siento feliz en este ambiente en el que he vivido siempre de entrega, y eso da mucha alegría y mucha paz", ha comentado al despedirse mientras se alejaba por el pasillo de la residencia en su silla de ruedas para regresar a su habitación y descansar de tantas emociones.  

  

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