La muerte del oso Cachou, bajo secreto de sumario

La jueza de Viella ha decretado el secreto de las actuaciones en torno a este controvertido caso y de momento no se podrá informar sobre la necropsia. 

Agentes de Medio Ambiente con el cadáver del oso.
Agentes de Medio Ambiente con el cadáver del oso.
Consell General d'Aran

La muerte del oso Cachou, cuyo cadáver fue localizado en el valle de Arán el 9 de abril por agentes forestales, seguirá de momento siendo un misterio. La juez de Viella que lleva el caso ha decretado el secreto de las actuaciones, por lo que no se podrán hacer públicos los detalles sobre las causas de la muerte, que todavía se siguen investigando. Las organizaciones ecologistas habían cuestionado la primera versión de la muerte y reclamado transparencia, pero según aclaró el pasado lunes el Consell del Valle la decisión judicial impide "enviar información a aquellas persones o entidades que realicen solicitudes de información, especialmente en referencia al informe de necropsia". 

El ejemplar, de 6 años, era uno de los más conflictivos por sus reiterados ataques a ganado equino. Días después de encontrar el cuerpo, el gobierno del valle dio a conocer el primer informe del servicio de Ecopatología de la Fauna Salvaje de la Universidad Autónoma de Barcelona, que junto con el acta de recogida del cadáver de Cachou indicaba "de manera preliminar" una agresión producida por otro oso y una caída de unos 40 metros por un terreno muy abrupto.    

Según la administración aranesa, la pendiente por donde había rodado y caído pudo ser inspeccionada en el momento de recuperar el cuerpo del animal, mientras que durante el examen de la necropsia se pudo constatar que presentaba heridas perforantes con hemorragias en el lado izquierdo de la cabeza (por debajo de la oreja y cuello proximal), que correspondían a heridas 'antemortem'. "Al tratarse de un macho adulto, se deduce que solo otro oso puede causarle estas lesiones".

Sin embargo, esta versión fue cuestionada por las organizaciones ecologistas, que sugirieron un posible envenenamiento y criticaron algunos de los métodos aplicados por la propia administración para cambiar el comportamiento de este animal utilizando sustancias químias. 

El Consell se ratificó en su primer comunicado aclarando que no valoraba ninguna causa de la muerte, ya que la necropsia completa tardará algunas semanas, y que solo explicaron dos hechos destacables observados en un análisis preliminar: la presencia de alguna herida con perforación y una caída por una pendiente abrupta"

Sí descartó cualquier relación de la muerte con el tratamiento químico aversivo realizado en octubre de 2019 para frenar los ataques a caballos."Únicamente se administró una dosis y la ingesta de una sola dosis controlada del producto suministrado (en base a antecedentes científicos sólidos y testados en osos en cautividad) se metaboliza en pocas horas y no es bioacumulable", aclaró.

El gobierno del valle de Arán ha anunciado que no hará ninguna otra valoración de este caso hasta disponer del informe de necropsia encargado. A este hecho se suma ahora el secreto de las actuaciones judiciales. 

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