Las residencias de Huesca empiezan a respirar tras el drama vivido en las últimas semanas

La epidemia ha sido especialmente virulenta con el centro Los Olivos de Huesca, con 14 fallecidos, y el de Sabiñánigo, que ha perdido a 16 mayores. 

Despedida al primer paciente de la residencia de Sabiñánigo que recibió el alta en Yéqueda.
Despedida al primer paciente de la residencia de Sabiñánigo que recibió el alta en Yéqueda.
Heraldo

La situación en las residencias del Alto Aragón ha mejorado después del pico de fallecimientos ocurridos en las últimas semanas. En varios centros de Biescas, Sabiñánigo, Sariñena y Huesca se han vivido días muy duros con un goteo constante de fallecimientos, pero parece que también esta curva se aplana y hay motivos para la esperanza.

En el caso de la capital oscense, el balance es especialmente trágico en el centro privado de Los Olivos, donde han perdido a 13 de los algo más de 50 ancianos. La situación es ahora más estable. No obstante, la alarma saltó esta semana al aparecer nuevos focos de contagio en otras dos residencias privadas, La Merced y Avenida.   

La pandemia también ha atacado con especial virulencia a la residencia Alto Gállego de Sabiñánigo. El último fallecido se produjo el pasado 14 de abril, y en total han sido 16 personas las que han perdido la vida debido al coronavirus. El pasado lunes regresó el primero de los trasladado a Yéqueda, y durante la semana han vuelto varios usuarios más con el alta médica, lo que permite ser más optimistas. Éstos se encuentran en habitaciones totalmente aisladas, con todas las medidas de seguridad..

En Biescas han pasado esta última semana “tranquilos”, tal y como ha asegurado la alcaldesa, Nuria Pargada, ya que la situación está muy controlada en la residencia y los casos positivos van evolucionando favorablemente. El pasado 7 de abril fue el último día que falleció un usuario y tras estos últimos días, en los que se han producido varias altas médicas, se abre un rayo de esperanza y se confía que la situación siga así. 

Dos residentes permanecen hospitalizados en San Jorge y otros 12 están recuperándose en Yéqueda. En la residencia La Conchada se han establecido dos zonas, divididas en las dos plantas, y en una se encuentran los casos positivos y en otra los recuperados, totalmente aislados. Las personas contagiadas “evolucionan favorablemente” y no hay ningún caso grave.

Por su parte, en Sariñena se mantiene el cierre total de su residencia municipal, puesta en cuarentena hace casi un mes, tras confirmarse las primeras muertes por coronavirus. Hasta la fecha, la enfermedad se ha cobrado la vida de siete internos con test positivo en Covid-19. El confinamiento afecta a residentes y empleadas. La directora del centro, Pilar Guerrero, ha reconocido la "entrega y valentía" de las trabajadoras, que "han vivido momentos muy duros y que han entendido que solo hay una forma de sobrellevar esta situación: volcándose en el cuidado de los internos". 

Todos siguen aislados, tengan o no síntomas compatibles con coronavirus. Dentro, la situación parece estable y fuera, van sumando pequeñas alegrías, ya que tres de los internos que fueron trasladados han vuelto a la localidad con el alta médica. La primera fue Benita Buisac, que está completando su recuperación con su familia, y los dos siguientes, Antonio Castejón y Purificación Martínez, que están alojados en el centro joven, acondicionado como alojamiento temporal ante el cierre de la residencia. Otros seis internos continúan ingresados por coronavirus, uno en el Hospital San Jorge y cuatro en la residencia La Abubilla de Yéqueda.

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