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La DGA confirma un nuevo ataque de oso a un rebaño en la Ribagorza

El asalto, ocurrido en el monte de Cerbín, en el municipio del valle de Bardají, se ha saldado con una oveja muerta. El ganadero afectado, José Costa, asegura que intentó espantar al animal al ver huellas frescas.

Oveja atacada por un oso en el valle de Castanesa
Foto de archivo de una oveja atacada por un oso en el valle de Castanesa
Heraldo

El oso ha vuelto a hacer acto de presencia en la Ribagorza con un ataque a un rebaño en el monte de Cerbín, en terrenos del municipio del Valle de Bardají. El Gobierno de Aragón ha confirmado que el autor del asalto es un plantígrado por las evidencias halladas. Lo más probable es que haya sido obra de Sarousse, la osa eslovena introducida por Francia en la cordillera pirenaica el año 2006, y que ha protagonizado otros incidentes similares en los últimos meses en esta comarca.

Como consecuencia del ataque, el ganadero José Costa, residente en el vecino pequeño núcleo de Beleder –pequeña aldea del término municipal de Campo-, ha constatado la muerte de una oveja cuyos restos, parcialmente devorados, mostraban todos los signos de haber sufrido la agresión del plantígrado, cuyas huellas se encontraban en las inmediaciones, ha asegurado el afectado. 

El suceso se produjo el martes y el ganadero todavía no ha podido determinar si es la única res afectada por el ataque ya que cuenta con unas 400 cabezas de ganado desperdigadas por una zona de cerrados pinares azotada estos días por las intensas lluvias acompañadas en la zona por densos bancos de niebla también que hacen más difícil la tarea de reagrupar y contar al ganado.

Unas incidencias meteorológicas que también favorecen el ocultamiento del plantígrado, lo que multiplica la peligrosidad de las tareas de los pastores que vigilan al ganado. Algo de lo que puede dar cumplida información José Costa, que descubrió este martes la presencia del oso por sus huellas frescas en las proximidades de la zona donde pastaban las ovejas. «Estaba lloviendo, con la niebla prieta y me encontraba en un pinar muy espeso oliendo en el ambiente a sangre fresca y sabiendo que el oso estaba ahí, pero también que el rebaño, lo que me ha costado toda la vida crear, estaba amenazado, así que no me quedó más remedio que jugarme la vida entrando para intentar espantar al animal», explica un desesperanzado ganadero, consciente de que si hubiera entrado armado y hubiera herido o matado al oso le podría haber costado serios problemas penales.

José Costa ya es un veterano en sufrir el ataque de los osos a sus rebaños desde hace ya varios años; en junio ya denunció un hecho similar posiblemente por la misma osa Saurousse. Una situación que le ha llevado a plantearse dejar una profesión que, confiesa, "es toda mi vida". En esta ocasión, asegura que era consciente de que la osa venía siguiendo a sus rebaños desde que hace un mes bajaron desde los pastos de montaña hacia el entorno del Cervín. "Eso se nota porque los animales están mucho más asustados y nerviosos de lo que es habitual", apunta, seguro de que la oveja atacada y semi devorada el martes no ha sido la única de estas últimas semanas.

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