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El 94% de las obras del plan de restitución de Montearagón sigue pendiente 15 años después

El proyecto de compensación del embalse recoge 13 actuaciones y una dotación de 30 millones. El pantano, en el Flumen, anega terrenos de los municipios de Huesca (40%) y Loporzano (60%).

Hace 21 años que la familia despidió en el cementerio a la más pequeña de sus hijas. Fue entonces cuando el padre de la niña, alcalde del pueblo, consiguió algún dinero para reforzar el muro del recinto y frenar el deslizamiento del terreno de la ladera donde estaban las sepulturas. El presupuesto no alcanzó para completar el cerramiento y la mejora del camposanto se incluyó en el plan de restitución del embalse de Montearagón. Este proyecto, con obras por 30 millones de euros, salió a información pública en septiembre de 2004 y se aprobó en 2005. Quince años después, solo se ha ejecutado el 6% de la inversión prevista, es decir, 1,8 millones.

El cementerio es el de Barluenga, núcleo del municipio de Loporzano, y aquel alcalde es Alejandro Caudevilla. «Si hubiera sabido que no nos hacían las obras el primero que se hubiera negado a la construcción del pantano hubiera sido yo», afirma.

La presa de Montearagón, incluida en el Pacto del Agua de Aragón, empezó a levantarse en 1995 sobre el río Flumen. Al año siguiente se pararon las obras, que se reanudaron en el 2000. En 2010, el pantano comenzó a llenarse. Su capacidad es de 51,5 hm3 y de la superficie inundada, un 40% corresponde al municipio de Huesca y el resto, al de Loporzano (núcleos de Barluenga, Chibluco y San Julián de Banzo).

El Ministerio de Medio Ambiente redactó el proyecto de restitución de este embalse con 13 grandes actuaciones para la mejora de caminos, abastecimiento y saneamiento de agua, iluminación, patrimonio... Destaca por su coste (9 millones) la intervención pendiente en la carretera Apiés (Huesca). «Son obras que compensan a las administraciones, no a las personas», comenta Juan José Albás. Él abrió en 2007 Casa Lino, una de las tres viviendas rurales de Chibluco. «Imaginaba que iban a acondicionar las carreteras, la iglesia románica de Santa Cecilia... pero todo ha sido un cuento chino», denuncia.

Chibluco está a 17 kilómetros de Huesca, en una de las entradas al Parque Natural de Guara. «Viene gente para hacer senderismo y conocer la comarca», comenta Albás, mientras recibe a una pareja de franceses. Vienen de Perpiñán. «Habíamos oído hablar mucho de esta zona y buscamos por internet una casa que estuviera fuera de las rutas más turísticas». Esta visita es «para ver dónde están los sitios y después venir más días», explican.

Expropiaciones «a bajo precio»

«En toda la provincia no hay zona más descuidada que esta», asegura Juan José Claver, vecino de Chibluco. «Las expropiaciones se hicieron a precio bajo porque nos iban a compensar con obras, pero ahí seguimos, esperando, entre cosas, que nos arreglen la carretera a Barluenga», dice defraudado. Tiene 2,2 kms «y es poco más que un carril-bici, no se pueden cruzar dos coches y desde que se terminó el pantano no se ha intervenido», explica.

Lo confirma Alejandro Caudevilla, que sigue con interés los últimos trabajos para reparar el tejado de la iglesia de San Andrés, en Barluenga, que se desplomó hace tres meses. La restauración de este templo del siglo XVI dispone incluso de un proyecto, valorado en 646.000 euros, que está incluido en ese gran paquete de obras. Esta intervención de urgencia cuesta 30.000 euros que asumen, en principio, el obispado de Huesca y el Ayuntamiento de Loporzano, que también aportó dinero para completar la rehabilitación del local social, donde se invirtieron 47.000 euros con cargo al plan de restitución.

En Barluenga se acometió en 2007 la mejora del abastecimiento de agua (200.757 euros). Queda por hacer la iluminación, la báscula, el cerramiento del cementerio, y el acceso a la ermita de San Miguel, que es del siglo XIII y alberga pinturas del XIV de estilo gótico lineal. Recibe muchas visitas pero se llega a ella sorteando las tumbas y, si llueve, pisando barro.

El alcalde de Loporzano, Roberto Malumbres, recuerda que cuando se publicó el plan de restitución el entonces presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro «dijo que iba a ser ejemplar». «Pero apenas se han invertido dos millones, y el Ayuntamiento ha contribuido a algunas obras», recalca.

El alcalde dice que las mejoras del plan son «imprescindibles para el desarrollo del municipio». Este cuenta con 15 núcleos de población y un presupuesto de 140.000 euros, la mitad de los cual van a pagar la electricidad, sobre todo las facturas de las estaciones de bombeo en las captaciones de agua. «Estamos rodeados por tres pantanos pero no tenemos concesión propia», lamenta. Malumbres se reunirá en los próximos días con representantes de la Asociación de Afectados por el Plan de Restitución de Montearagón para ver cómo afrontan esta reivindicación.

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