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Tímido inicio de temporada del Salto de Bierge, que en julio reforzará la seguridad

Los primeros bañistas, llegados de Zaragoza, Barcelona, Logroño o País Vasco, apoyan la regulación para evitar las masificaciones.

La tercera temporada de baños en el Salto de Bierge tras la regulación del acceso a la presa municipal del río Alcanadre ha arrancado este fin de semana de una forma tibia. El sábado recibió alrededor de 70 bañistas y este domingo este entorno natural enclavado en las inmediaciones del parque natural de la Sierra y Cañones de Guara superó el centenar de usuarios. Cifras todavía lejanas al aforo máximo de 250 bañistas.

Desde el Ayuntamiento esperan que los picos más altos de afluencia lleguen como en veranos anteriores en julio y agosto. Será entonces cuando se ponga en marcha un nuevo servicio de vigilancia privado para evitar episodios como los del año pasado, cuando algunos bañistas que no estaban de acuerdo con las normas y con el pago de 2 euros trataban de colarse e incluso se encaraban con el personal municipal que controla el acceso. Un guardia jurado estará presente en los fines de semana de julio y ya de forma presencial todos los días del mes de agosto. Será un refuerzo a la presencia de la Guardia Civil y de los forestales del Gobierno de Aragón que periódicamente inspeccionan la zona.

Esta vigilancia privada se encargará de evitar que los vehículos estacionen en el arcén de la carretera o que los autobuses con turistas paren en mitad de la carretera, en lugar de hacerlo en la zona de aparcamiento debidamente habilitada.

La temporada de baños terminará el 15 de septiembre. Cabe recordar que el horario es de lunes a viernes de 9.00 a 19.00 y los fines de semana y festivos se prolonga hasta las 20.00. Los menores de 6 años tienen la entrada libre. Con el pago de los 2 euros, los bañistas tendrán una pulsera en la muñeca que deberán llevar durante el tiempo que pasen en el río. El salto desde la presa está prohibido, así como hacer fuego.

Este será el último verano en el que los bañistas deberán mojarse para cruzar ambas orillas del Alcanadre ya que se espera que el próximo año, según el compromiso de la Consejería de Desarrollo Rural del Gobierno de Aragón, se pueda colocar una pasarela flotante cerca de la presa.

La procedencia de los bañistas que este domingo acudieron al Salto de Bierge fue variada. Acudieron de Zaragoza, Barcelona, Logroño o del País Vasco. Todos consideraban justo el pago de 2 euros por acceder a uno de los entornos con más encanto de la comarca del Somontano. "Es muy bonito y nos parece bien que esté todo seguro", afirmaba Elías Vázquez, peruano que viajó con su familia desde Barcelona a Bierge. "Esta mucho mejor así. Entrar a una piscina te cuesta más dinero y no está tan masificado", señalaba Paula Lafuente, de Zaragoza.

También hubo muchos bañistas que optaron por las aguas del azud de Pozán de Vero, no regulado y que en momentos puntuales ha generado problemas como acumulación de basura o el corte de caminos de acceso a huertas por coches mal estacionados.

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