Huesca

Semana Santa

Un nuevo paso en Fraga saldrá a hombros de la Guardia Civil

La ciudad recuperó hace cuatro años las procesiones, después de 40 sin celebrarlas. Este viernes la del Silencio incorpora el Santo Sepulcro, olvidado durante décadas en un rincón.

Ensayo en la iglesia. Una de las prácticas de los padres de los jóvenes que este año han recibido la confirmación y que serán los encargados de llevar el nuevo paso, el Santo Sepulcro,
Digital Fraga TV

Un nuevo paso formará parte este viernes de la procesión del Silencio de Fraga, que fue recuperada hace cuatro años, gracias al empuje de un grupo de feligreses, que contaron con el apoyo de la cofradía de San Antonio Abad. Hasta esa fecha, la capital del Bajo Cinca llevaba unos 40 años sin celebrar procesión alguna. El nuevo paso es el Santo Sepulcro, que ha sido restaurado y que saldrá de la iglesia a hombros de varios agentes de la Guardia Civil. En ese momento, la banda de música municipal interpretará el himno de España, "tal y como se hacía antaño", explica uno de los miembros del grupo parroquial, Jordi Chimeno. "El paso estaba guardado en el templo y es el mismo que salía hace 40 años", añade, mostrándose "satisfecho" con su recuperación. "Para nosotros es muy importante poder incorporar una pieza que lleva más de cuatro décadas olvidada en un rincón. Nos ha hecho mucha ilusión adecentarla y poder volver a darle uso", apunta.

Padres de los confirmantes

Tras su salida del templo, los agentes de la Guardia Civil avanzarán hasta el final de la plaza, donde serán relevados por los padres de los jóvenes que este año han recibido el sacramento de la confirmación y que, junto a otros voluntarios, se han implicado en el desarrollo del acto. Todos ellos han participado en los ensayos previos.

La procesión tendrá lugar a las 20.00 desde la iglesia de San Pedro. El recorrido será el mismo que se seguía antiguamente, atravesando la avenida Reyes Católicos, el paseo Segoñé y la calle Mayor. En total, incluyendo la nueva imagen, saldrán cinco pasos, que se han ido incorporando de forma paulatina.

En el año 2015, la procesión se inició con dos peanas, la del Nazareno y la de la Dolorosa. Al año siguiente, se unió el Ecce Homo, que es portado por los confirmantes, y en 2017, el Cristo de la Cruz, que es llevado por costaleros voluntarios.

De momento, ninguna de las cofradías, grupos o hermandades implicadas cuenta con hábito propio. Por ello, los participantes simplemente cumplen con la indicación de vestir traje oscuro. Dentro de ellos, están las componentes de la Hermandad de la Dolorosa, que participan desde el primer año y que son las encargadas de llevar la imagen de la Virgen. También están entre los habituales los miembros de la banda municipal de música, que acompañan el recorrido con tambores y además, interpretan piezas completas durante la salida y entrada al templo.

Desde su recuperación, la procesión cuenta con una buena aceptación, lo que «nos anima a seguir adelante, siempre con el ánimo de recuperar y mantener vivas nuestras tradiciones», indica Jordi Chimeno.

Alabarderos y penitentes

En su momento, la capital del Bajo Cinca llegó a contar con varias procesiones, impulsadas por dos cofradías locales, que disponían de vestimentas propias y que sacaban varias imágenes. De hecho, algunos vecinos todavía recuerdan la presencia de alabarderos así como de penitentes, que participaban cargando cruces o arrastrando cadenas con el rostro cubierto.

En la vecina localidad de Belver de Cinca, la procesión que se celebra este Viernes Santo incluye todos estos elementos, siendo una de las más destacadas, antiguas y participativas de la comarca del Bajo Cinca.