La Policía francesa ha abierto una investigación para esclarecer el grado de responsabilidad de un guía de Torla en la avalancha que sorprendió el pasado sábado a un grupo de cuatro esquiadores cántabros a los que acompañaba y en la que fallecieron dos de ellos tras ser sepultados por la nieve. Según informa Radio Huesca, la Sección de Montaña de la Policía francesa en el departamento de Altos Pirineos (Compagnie Republicaine de Securité 29) interrogó de oficio a los tres supervivientes (dos mujeres y el guía) y empezó la investigación para esclarecer lo ocurrido y determinar si este tuvo alguna responsabilidad o no en el suceso.

La Policía francesa siempre actúa de oficio en estos siniestros, más aún cuando provocan la pérdida de vidas humanas, y "cuando hay un profesional encargado de guiar y garantizar la seguridad de un grupo". Habrá que esperar al menos un mes para conocer el resultado de la investigación.

El juzgado de Tarbes lleva el caso.

David Ballesteros López y Marcos Portolés Ajenjo, los dos montañeros que fallecieron el sábado al ser arrastrados por un alud de dimensiones excepcionales (200 m de longitud, un metro de espesor y 600 m de desnivel) en la vertiente francesa del túnel de Bielsa, estuvieron sepultados bajo la nieve más de dos horas. La afanosa labor de los especialistas de la Policía Nacional y de la Gendarmería francesas para desenterrarlos con la ayuda de palas no fue suficiente para que sobrevivieran a la avalancha.

Otra mujer que hacía esquí de travesía junto con las dos víctimas también fue alcanzada por el alud y enterrada parcialmente, pero salió ilesa, al igual que otra compañera y el guía del grupo.

Fuentes del Grupo de Rescate en Montaña de la Policía Nacional de los Altos Pirineos explicaron que a las 11.50 recibieron un aviso de un miembro del grupo informando de que dos compañeros habían sido arrastrados por una alud. Las mujeres se quedaron en una zona segura y el guía empezó a buscarlos con el detector de víctimas avalanchas (ARVA), pero pidieron ayuda al no localizarlos. Estaban a unos 1.950 m de altura, en la zona del pico Marioule (2.509 m), cuando se desprendió desde la cima un alud de placa formado por los fuertes vientos de las últimas jornadas.

Cinco especialistas del grupo de rescate de Saint Lary llegaron en helicóptero a la zona en 20 minutos. A ellos se sumaron otros socorristas. Emplearon el detector de víctimas y localizaron una señal a cuatro metros de profundidad. Tras una hora y media paleando, lo hallaron en parada cardiorespiratoria y con una grave hipotermia. Aunque fue evacuado en helicóptero al hospital de Toulouse para tratar de reanimarle, no fue posible y murió.

La otra víctima no llevaba ARVA por lo que los servicios de emergencias solicitaron ayuda de un perro especialista en rescates que localizó su rastro sobre las 14.00. La sonda indicó que estaba enterrado a 1,5 metros por lo que en apenas diez minutos llegaron hasta él. Pero cuando lo sacaron también se encontraba en paro respiratorio y aunque intentaron reanimarle declararon su muerte debido a varios traumatismos.