Agentes de la Policía Local de Sabiñánigo rescataron el viernes a un bebé de un año que se había quedado encerrado en un coche aparcado en la calle General Villacampa por un descuido de la madre, que se dejó las llaves en el interior. La rápida actuación evitó males mayores, ya que a esa hora la temperatura rondaba los 30 grados.

La Policía recibió el aviso del 112 sobre las 19.10 y tres minutos más tarde los agentes se personaron el lugar. Dos viandantes les indicaron cuál era el vehículo, y comprobaron que efectivamente había un menor colocado correctamente en su sillita en el interior llorando y que la madre, según apuntaron dichos testigos, había ido a buscar a su marido para ver si tenía unas llaves de repuesto en su casa.

Teniendo en cuenta las altas temperaturas que se registraron ese día y el peligro que podía correr la salud del bebé, los agentes decidieron dar un pequeño tiempo de margen, por si llegaba la familia con otra llave. Pero pasados 3 minutos, los policías optaron por romper la ventanilla delantera. En ese momento aparecieron los padres y les dijeron que no tenían llaves de repuesto, así que uno de los agentes y el padre acabaron de romper el cristal y sacaron al bebé del interior, que había estado unos cinco minutos como máximo, según apuntaron fuentes de la Policía Local.

El niño no presentaba ningún síntoma grave, pero se les ofreció a los padres llevarlo al centro sanitario por prevención y para que se quedaran más tranquilos.

La Policía Local de Sabiñánigo recordó que en casos como estos, hay que avisar de inmediato a los servicios de emergencia y que nunca hay que dejar desatendido a un niño en el interior de un vehículo, cuando haga calor o frío. Ni siquiera con las ventanillas abiertas total o parcialmente. Y es que la temperatura dentro de un vehículo se eleva aproximadamente 7 grados en 5 minutos, y de 10 a 15 grados en media hora. Temperaturas muy elevadas, como las registradas estos últimos días pueden ser «mortales» para los menores.