El cambio de fecha y el intenso calor hacen mella en las ventas de la Feria de la Cereza de Bolea

Los cuatro principales productores locales despacharon unos 6.000 kilos, un 25% menos que en anteriores ediciones.

Los puestos de los cuatro productores vendieron ayer cientos de cajas de cerezas.
Los puestos de los cuatro productores vendieron ayer cientos de cajas de cerezas.
Rafael Gobantes

Dieciocho años después de inventarse una feria en torno a la cereza para promocionar su principal atractivo, con permiso de su colegiata, Bolea ha logrado que la fama de su feria haya trascendido y cada año son más los visitantes que vienen de más lejos para degustar esta sabrosa fruta. No obstante, el cambio de fecha –una semana más tarde que de costumbre– y el calor asfixiante hicieron mella en la afluencia y en las ventas finales, que llegaron a los 6.000 kilos, un 25% menos que en anteriores ediciones. Aun así, la Asociación ‘A cerecera’ hizo un balance más que positivo del certamen.

Un autobús con turistas de Benidorm que pasa unos días de vacaciones en la provincia no dejó escapar la oportunidad de acercarse al certamen. Y junto a ellos muchas familias venidas de otras provincias, como Domingo Usán y Ana Trujillo, de Ejea de los Caballeros. "Nos hemos levantado por la mañana y después de hacer un poco de ejercicio hemos pensado, ¿nos vamos a la feria de Bolea? Hasta ahora solo conocíamos sus cerezas de oídas y hemos venido a comprar. Y de paso hemos picado en otros sitios y nos hemos llevado más cosas, como vino", explicaron. Y es que en la feria participaron más de 40 puestos de alimentación y artesanía.

También era la primera visita a la feria de Ángel Martínez, un vecino de Madrid que tiene casa en Bolea. "Venimos algún fin de semana y esta vez hemos aprovechado para conocerla porque nunca habíamos coincidido con la feria. Hemos comprado y están buenísimas", aseguró.

Antes incluso de que el alcalde de la Sotonera, Pedro Bergua, inaugurara el certamen a las 11.00, ya eran muchos los que habían madrugado para evitar en lo posible las horas de más calor de la jornada y llevarse a casa las primeras cajas de cerezas.

Santiago Pisa, de la cooperativa Cocebo, que agrupa a siete explotaciones, se mostró satisfecho con una campaña en la que esperan alcanzar una producción de 40.000 kilos. No obstante, lamentó que, por una parte, unas inoportunas lluvias agrietaron algunas variedades, y por otra, que el calor de las últimas semanas adelantó la maduración de otras. "Si hubiese ido la cosa normal, habríamos cogido 20.000 kilos. Pero tampoco nos duele dejar una cereza sin coger para ofrecer al consumidor otra mejor", recalcó.

Los cuatro productores locales coincidieron que la campaña se había adelantado esta vez entre 7 y 10 días y que, por tanto, también terminará antes. "Esta semana que viene como mucho acabamos porque las tenemos todas maduras y es un fruto que no se puede guardar", aventuró Pisa.

También Julio Buesa calcula que agotará sus existencias a primeros de julio "aunque si sigue este calor, tampoco es seguro". Nada que ver con el año pasado, cuando estuvo recogiendo cerezas hasta el 25 de julio. Reconoció igualmente que han tenido "un poco menos" de producción por una escarcha a final de mayo. "Si llega a haber un par de grados menos no queda nada", dijo aliviado este agricultor que el sábado trabajó 16 horas seguidas para poder responder a la demanda de una feria que alabó "porque es un aliciente para el pueblo y un escaparate para nosotros".

Para Eva Cabrero, de la marca Boleas, la feria va más allá de una jornada de ventas. "Para mí es un tema más sentimental porque en mi casa siempre ha habido cerezas y hace seis años pusimos la plantación porque nos gustaba. Independientemente de que vendamos más o menos, lo importante es que es un día de fiesta y vienen muchos conocidos", resaltó esta productora. En su caso, además de una "fantástica" cereza, está intentando lanzar otros productos transformados. El año pasado probó suerte con una mermelada artesana "con mucho éxito", y este año ha incorporado también el licor artesano.

En Cerezas Celi llevan 22 días de campaña "y esperamos que nos queden varios más", afirmó Yolanda Ferra. Y pese a haber tenido una adelanto de diez días, destacó que "hemos tenido variedades de hasta 20 gramos por cereza y aunque la que tenemos ahora es de calibre más pequeño, es muy dulce y sabrosa también". Gran parte de ella se vende en otras comunidades e incluso en Francia. En su caso también compaginaron la venta de la fruta con el lanzamiento de tres variedades de almendras de Lierta.

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