Los niños de Huesca toman la calle para jugar

El Día del Juego en la Calle ha sacado este jueves de los colegios a más de 3.500 niños de infantil y primaria.

Niños jugando en los Porches de Galicia y participando en el lanzamiento de un cohete en el parque Universidad.
Niños jugando en los Porches de Galicia y participando en el lanzamiento de un cohete en el parque Universidad.
Verónica Lacasa

El Día del Juego en la Calle, que se celebró este jueves en Huesca por segundo año consecutivo, sacó de los colegios a más de 3.500 niños de infantil y primaria. En lugar de estudiar, por la mañana se dedicaron a hacer juguetes con materiales reciclados, como muñecos con botellas de agua y cartones, a escuchar cuentacuentos y a jugar al pilla-pilla por los Porches de Galicia y el Coso, dos de las nueve zonas que se acotaron para ellos en los distintos barrios.

Los más pequeños se quedaron en el colegio, pero su pizarra fue el patio en un día donde el sol calentó de lo lindo. Por la tarde, los niños jugaron con sus padres, que no dudaron en acudir a los puntos señalados para calzarse unos patines, montar en bicicleta o, incluso, colaborar en el lanzamiento de un cohete, actividad que estuvo a cargo de la Asociación Astronómica.

El Día del Juego en la Calle es una iniciativa que surgió en el Consejo de la Ciudad de los Niños y las Niñas de Huesca. El alcalde, Luis Felipe, destacó que esta jornada ya está institucionalizada y tendrá continuidad en próximos años. La directora provincial de Educación, Olga Alastruey, señaló la importancia del juego para el aprendizaje y la socialización: "El juego no es sólo un espacio de ocio, sino que también es una manera de aprender, es ineludible que el juego este ligado al aprendizaje porque el niño lo necesita en su desarrollo motriz y cognitivo".

La novedad respecto al año anterior, también a petición de los niños, fue que en esta edición no hubo dos turnos sino que todos los alumnos participaron a la vez en las actividades programadas y con horario más prolongado.

Los juegos se desarrollaron en nueve espacios abiertos de la ciudad, próximos a los centros escolares: los parques del Encuentro, Universidad, Padre Querbes, Puerta del Pirineo, los Olivos, la explanada del Palacio de Congreso, la zona peatonal del Coso y el Parque Miguel Servet. En estos espacios se pudo jugar a los bolos, la rayuela, la petanca, los aros, las combas, la rana...Eso sí, con 27 grados a la sombra y más de 30 al sol.

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