¿A qué juegan los niños?

El 'pilla pilla', el 'torito en alto', 'polis y cacos' o 'saltar a la comba'. Los clásicos siguen reinando en los patios de recreo de los colegios oscenses. Así lo demostró la segunda edición del Día del Juego, impulsado por el Ayuntamiento de Huesca, que llenó de niños diferentes puntos de la ciudad, con todo tipo de propuestas para el entretenimiento de los pequeños. Y entre saltos, chutes al balón y persecuciones, era inevitable preguntar a qué les gusta jugar a los más pequeños.

“Prefiero jugar en la calle, con mis amigos, o en el recreo del colegio”, decía Aroa, de ocho años, que este jueves se calzaba los patines para sortear los obstáculos fijados en el suelo de los céntricos Porches de Galicia de la capital oscense.

Entre las opciones más habituales entre clase y clase, la pequeña se decantaba por la comba y la goma, sin saber, seguramente, que ya su madre jugaba a lo mismo en su infancia. “Jugamos a pillar, sobre todo”, aclaraba Lucía, unos años menor, también con patines, que admitía tener muchas ganas de que llegue el verano y las vacaciones para poder estar en la calle con sus vecinas “hasta tarde”.

Otro de los juegos que ha adquirido más fuerza y presencia recientemente en las clases de gimnasia de los colegios es el 'datchball', de origen aragonés, ya que fue un profesor de Educación Física en Brea de Aragón, el que adaptó con sus escolares el juego del 'dodgeball' americano.

“Se ponen tres balones en el suelo, y los más rápidos los cogen. Luego tienes que correr para que no te peguen un balonazo, porque te eliminan”, era la rápida explicación que daba Aroa sobre este nuevo juego de moda en los centros escolares. 'Balón prisionero' o 'culo sentado' son otros de los juegos, de dinámica similar al 'datchball' que más gustan a los niños.

Entre las demás actividades propuestas este jueves en Huesca, había también opciones más relajadas, como la pesca que llevaban a cabo Lucía y Mapi, de siete años, que se esmeraban por capturar de un balde relleno de agua los diferentes peces que en él flotaban, elaborados con cartón plastificado.

“Nunca habíamos jugado a esto, pero es divertido, y es fácil hacerlo en casa para poder seguir jugando otros días”, consideraba una de las niñas, que portaba la caña, elaborada con un palo, una cuerda y un clip, mientras que los animales marinos estaban dibujados a manosobre cartulinas de colores plastificadas para que pudieran resistir al agua.

Entre los más de 3.000 niños de Educación Infantil y Primaria que participaron en esta iniciativa municipal, había también espacio para los niños más pequeños, que se entretenían en decorar el suelo con tizas de colores, o intentaban hacer girar peonzas y diábolos. Vera, de tres años, se esmeraba en ello, ante la atenta mirada de sus padres, Antonio y Susana, que aplaudían la propuesta del Ayuntamiento, defendiendo el juego en la calle.

“Parece que con un tablet o un móvil pueden estar entretenidos durante horas, pero es más importante que salgan y se relacionen”, explicaban los progenitores. “A mi me gusta jugar a pillar y al escondite, a mamás y papas y a las muñecas, con mis amigos o con mi hermano”, aseguraba la pequeña.

Además de los Porches de Galicia, también se llevaron a cabo actividades en el parque del Encuentro, el parque Universidad, el Padre Querbes, el parque Puerta Pirineos, el de los Olivos, el exterior del Palacio de Congresos o el parque Miguel Servet.

Así, desde el consistorio oscense se sigue con el objetivo de impulsar el pensamiento defendido por el pedagogo Francesco Tonucci, impulsor del proyecto 'La Ciudad de los Niños', al que se acogió la capital oscense, y que propone una nueva filosofía de gobierno, tomando las ideas de los habitantes más pequeños como referencia. Además de defender el concepto de que “jugar libremente, significa salir de casa”; como hicieron este jueves los niños de Huesca.