El año ha empezado con el cierre del cuartel Sancho Ramírez, es decir, con una importante pérdida de puestos de trabajo y de actividad económica. ¿Cómo asume esto la ciudad?

La ciudad ha hecho su valoración sobre lo que significaba. Se conocía el fin de esta situación desde hace muchos meses, otra cosa es que desde algunos grupos políticos se haya querido alargar y prolongar el asunto de manera indefinida. Siempre he mantenido que los ejes de vertebración del territorio se basan en la industria, el empleo público, los equipamientos prestadores de servicios como sanidad o educación y lo relativo al empleo y la actividad económica, en lo que trabajamos desde el área de Desarrollo.

Por contra, 2016 terminó con el anuncio del traslado de varias empresas a Plhus. ¿Está de acuerdo con la promoción conjunta de la plataforma logística?

Siempre he defendido, y tendríamos que mantener, que el Ayuntamiento de Huesca debería tener su propia política de suelo industrial para fijar sus condiciones. Las directrices vienen del Gobierno de Aragón, como en Walqa, e intentamos aportar nuestras capacidades para que el desarrollo en esos suelos sea el máximo. Además, está el CEEI, un vivero de empresas que no tenía casi relación con el ayuntamiento, y que hemos restablecido porque puede alojar a empresas incipientes.

¿Por qué no despega el parque tecnológico Walqa?

Hemos insistido en que habría que intentar desarrollar sus potencialidades al máximo. Creemos que las tiene y que en el nuevo modelo productivo el tema tecnológico es fundamental. Creo que a Walqa le hace falta un plan de negocio, comercial… ambicioso para poder ser una referencia en el sector tecnológico, diferenciarse de otros espacios para que las empresas lo vean como un lugar interesante al que ir.

El área de Desarrollo suma 654.00 euros de inversiones para 2017. ¿Cómo se van gastar?

Una parte es para el Plan de Empleo, y las inversiones se decidirán en el foro participativo. Además está el Centro de Transformación Agroalimentaria. También hay dinero para pagar la expropiaciones del vial de Plhus. Y están las ayudas al fomento del empleo, que este año tiene dos vertientes, tanto para nuevas empresas como para las ya existentes. Hay una tercera línea que no aparece en inversiones porque serán microcréditos.

Además de la inversión para obras hay más dinero para el Plan de Empleo. ¿En que se traducirá ese dinero este año?

Sí. Son 250.000 euros anuales. Encargamos un estudio de necesidades con más de 600 entrevistas a empresarios y que recopila la oferta formativa para el empleo, analiza los perfiles profesionales que se demandan… Sus conclusiones nos ayudarán a plantear acciones dirigidas a personas en paro, las medidas que pueden resultar útiles para el emprendimiento y aquellas para ajustar la formación a la demanda de las empresas. El desarrollo de esas medidas inspirará el destino de ese dinero.

Al término del mandado ¿qué podrá presentar como fruto o del Plan de Empleo? ¿Habrá más puestos de trabajo en la ciudad?

El Plan tiene la finalidad generar empleo, ayudar a las personas a que tengan mejores herramientas y apoyar a empresa locales. Rendimos cuentas permanentemente. Vamos a evaluar el Contacta y las Catas de Oficio, ver si han servido para prácticas, si se han traducido en contratos y empleo. Además, la evaluación de cada medida nos dirá si esas acciones están bien orientadas. El Plan de Empleo se dirige del ayuntamiento hacia afuera, pero no somos el único actor, hacemos un papel de apoyo.

¿Qué es el Centro de Transformación Agroalimentaria? ¿En qué van a gastar los 210.000 euros y cuántos empleos creará?

Ha de ser un centro que sirva para facilitar que productores agrarios de los sectores que se determine tengan un lugar para transformar el producto. Es una pieza para apoyar o favorecer el desarrollo de la transformación agroalimentaria aquí, pero ha de ser útil en un ámbito más amplio, por lo menos del comarcal.

¿Cuál será el papel municipal?

El planteamiento inicial es no hacer una inversión enorme en un edificio nuevo sino adaptar una de las naves de la plataforma logística Plhus como centro de transformación. Los 210.000 euros serían para equipamiento interior. También hay que establecer las condiciones de uso por parte de los productores.

¿Hará huertos ecológicos?

Preferimos llamarlo Plan estratégico de la Producción Ecológica. Hemos querido hacer un estudio exhaustivo de las condiciones de nuestro municipio para el desarrollo de los cuatro ejes: formación, producción, transformación y la comercialización. Este estudio nos marcará el camino.

Pero los oscenses esperan una gran empresa, con muchos puestos de trabajo. ¿Llegará?

Está claro que en estos últimos años se han producido procesos de deslocalización en una economía global y que las expectativas de que lleguen empresas de este calibre han cambiado muchísimo. Y hay que decirlo así. Yo no soy partidaria de generar expectativas y decir que vamos a traer una gran empresa. No. Vamos a trabajar en lo cotidiano, en el día a día. Aunque eso no quiere decir que renunciemos a traer cosas a Huesca.

¿Qué tal se lleva una concejala de Izquierda Unida, integrada en Cambiar, con los empresarios?

Me llevo bien con los empresarios, con los sindicatos y con las organizaciones del tercer sector. En cuanto a la respuesta que he tenido de todos estos agentes es muy positiva. He encontrado disposición para colaborar, avanzar, hacer cosas...

Esta no es una entrevista política, pero ¿quién manda más en el Ayuntamiento de Huesca, el alcalde o Pilar Novales?

Los ayuntamientos son entidades bastantes presidencialistas y tienen un alcalde... Es él el que dirige el ayuntamiento. Pero sí es cierto que este es un gobierno municipal con tres formaciones políticas y que se gobierna desde el respeto entre todas ellas, el diálogo y el consenso, con muy buen clima político en el seno de los grupos de gobierno con responsabilidades compartidas.