La Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Aragón con sede en Huesca quiere consolidarse como uno de los focos de atracción de estudiantes a la capital oscense y completar su oferta de 60 plazas. Este años son 50 los alumnos matriculados en los cuatro cursos del centro, uno de los seis que imparte en España la titulación oficial de esta especialidad con nivel de grado. Comenzó su andadura en 2002 y su director, Ignacio Mustienes, señaló que la ratio es baja "por la definición de los propios estudios", ya que al trabajar con obra real no pueden ser grupos numerosos por el cuidado exhaustivo que se exige para con las piezas".

La escuela cuenta con alumnos de distintos lugares de España y también del extranjero, ya que desde 2010 posee la carta Erasmus y participa anualmente en el programa. No obstante, Mustienes apuntó que sigue habiendo plazas libres que se quiere completar, pero "la competencia con las universidades es uno de los obstáculos". "Tenemos que luchar por el valor de nuestras enseñanzas y mostrar este centro como un punto clave en la conservación de los bienes culturales en Aragón", apostilló.

Uno de los valores de la escuela de Huesca es que además de la fase formativa en las dos especialidades de conservación y restauración, pintura y escultura, se trabaja con obra real para contribuir a la recuperación de los bienes culturales de la Comunidad Autónoma. "Queremos difundir ese modelo y atraer a más estudiantes todavía", destacó el director del centro, que depende del Gobierno de Aragón y cuya titulación equivale a un grado.

Para darse a conocer, además de restaurar las obras del patrimonio aragonés que se reciben en la escuela, profesores y alumnos llevan a cabo campañas estivales. Durante los meses de julio y agosto, por amor al arte, se dedican a recuperar y salvar lo que por su dimensión o ubicación no puede trasladarse hasta el centro docente.

Canfranc y Rasal

Una de estas intervenciones es la restauración del vestíbulo de la Estación Internacional de Canfranc, un proyecto que desarrollan en colaboración con el Gobierno de Aragón y que se prevé que finalice en 2017 después de cuatro campañas. La escuela de Huesca ha trabajado para reproducir los relieves escultóricos con la alegoría mitológica de Mercurio recuperados a partir de fotografías.

Los alumnos que se especializan en pintura continuarán con la restauración del conjunto mural de la ermita de Rasal, que es del siglo XIII. Empezaron en 2014 y continuarán hasta 2018. "Son proyectos que sirven para completar la formación de los alumnos porque es muy provechoso para ellos poder poner en práctica los conocimientos adquiridos durante el curso en un ambiente más distendido", explicó Ignacio Mustienes.

El alcalde de Huesca, Luis Felipe, visitó ayer la escuela dentro de la agenda marcada para conocer a fondo todos los centros formativos de la capital oscense. "Debemos tener una visión global de lo que son las enseñanzas superiores en la ciudad para tener un mapa concreto y poner en valor, incluso ante el Gobierno de Aragón y la Universidad de Zaragoza, las enseñanzas que aquí se imparten", manifestó.

Felipe destacó que el hecho de que el aprendizaje y las prácticas de los estudiantes de este centro "sean sobre trabajo real y no sobre probetas, algo importante en materia de restauración".

La escuela está en el Coso Alto, en el centro de la ciudad. El edificio se construyó sobre el antiguo convento de Capuchinas, del cual se conserva la capilla. Durante los primeros años de funcionamiento se produjeron problemas de goteras que, a afortunadamente se solucionaron en 2009 tras la reparación de las cubiertas.

Ignacio Mustienes destacó que el edificio de la escuela "es bonito, muy atractivo y por aquí vienen arquitectos para ver la interesante simbiosis del conjunto".