El Canal de Aragón y Cataluña llega al cierre de la campaña gracias al embalse de San Salvador

Seis meses de práctica ausencia de lluvias no han impedido acabar una temporada caracterizada por las temperaturas extremas, aunque ha habido restricciones.

La estación de bombeo de San Salvador
El Canal de Aragón y Cataluña llega al cierre de la campaña gracias al embalse de San Salvador
Concha Silván

Temperaturas extremas, uno de los veranos más secos –el cuarto para ser exactos– de los últimos cien años y un nivel de aportaciones del río Ésera por debajo de los peores registros históricos no han impedido que los regantes del Canal de Aragón y Cataluña puedan finalizar hoy la campaña de riegos tal como estaba previsto. "La entrada en servicio pleno del embalse de San Salvador ha sido proverbial", señalaba el presidente de la Comunidad General de Regantes de este sistema, José Luis Pérez, para quien "ha sido la clave para mantener el suministro de agua hasta el final de la campaña".


Riegos del Alto Aragón también finaliza hoy la campaña, con una reserva útil muy escasa, inferior en un 33% a la de 2015 y claramente por debajo de la media de los últimos cinco años. La campaña acaba "en mínimos históricos y con preocupación", señaló hace unos días la comunidad de regantes con más hectáreas de Aragón y de la cuenca del Ebro. Pese a que los agricultores que se abastecen de los ríos Gállego y Cinca no han tenido que recurrir a los prorrateos y han podido regar a demanda, "queda una cantidad muy baja de agua que deja la próxima campaña de riego al azar de la climatología", advirtió.Prorrateos necesarios

En el canal de Aragón y Cataluña, esta temporada se afrontó con optimismo tras un otoño y un invierno normales en cuanto a aportaciones, a los que siguió una primavera muy lluviosa que permitió el ahorro de caudales. Sin embargo, a partir del mes de mayo dejó de llover y las temperaturas empezaron a escalar incrementando las necesidades de riego, concentrando la mayor demanda en los meses de verano, secos y calurosos. A una mayor demanda se sumaban unas aportaciones del río Ésera muy por debajo de sus peores registros históricos, por lo que la parte final de la campaña obligó al Canal de Aragón y Cataluña a ajustar las dotaciones con prorrateos y peticiones a los regantes de que "hicieran un uso exquisito del agua", explica Pérez. De hecho, muy cerca del final, se produjo alguna escasez de agua en zonas con más cultivos de segunda cosecha de maíces, aunque no afectó a las zonas frutícolas.


José Luis Pérez mostraba su satisfacción por haber podido completar la campaña, y cubrir las necesidades, pese al adverso verano soportado. De ahí que considere proverbial haber tenido dispuesto para su explotación el embalse de San Salvador. "Sin esta agua, según nuestros cálculos, el pantano de Barasona se hubiera quedado sin reservas a primeros de agosto, lo que hubiera supuesto el cierre del canal y dejar las zonas frutícolas sin agua a media cosecha, igual que las plantaciones de maíz y de alfalfa, provocando un gran desastre económico", insistía Pérez.


Respecto a los problemas de suministro que sufrió La Puebla de Castro por el bajo nivel del embalse de Barasona, de donde se abastece, tras la campaña, el presidente del Canal de Aragón y Cataluña aseguraba que "la explotación del embalse ha sido la correcta" y que todo se debía "a un problema puramente técnico, ya que parece lógico que la toma tendría que estar más profunda". No obstante, Pérez apostilla que serán "los primeros en apoyar a este municipio en todos los sitios que haga falta para que se les dote de una toma adecuada".


A partir de este momento, y una vez completada la temporada de riegos con el éxito de haber mantenido abierto el canal hasta el final, los regantes no pueden dejar de plantearse la duda de si este ha sido el primero de una serie de años secos, algo que suele ocurrir periódicamente como reflejan los registros históricos. Pérez estima que todavía tienen reservas, "unos 80 hectómetros en San Salvador y un buen nivel todavía en el río Noguera-Ribagorzana, aunque Barasona está bajo mínimos".


Habrá que esperar a ver cómo se comporta la meteorología este otoño y el próximo invierno, porque el sistema no está preparado para soportar dos o tres años de sequía como la padecida hasta ahora. "Esto significa que deberemos seguir haciendo un uso cuidadoso del agua, porque existe el riesgo de que continúe el ciclo seco", añadía Pérez, quien aún confía en que lo que parece una tendencia cambie y dé un respiro a las 100.000 hectáreas de cultivos que dependen de este canal que lleva más de cien años peleando por aprovechar al máximo las escasas dotaciones de las que suele disponer, no solo con grandes infraestructuras, sino con una importante inversión en la modernización de los sistemas de riego de las explotaciones para intentar ser todavía más eficientes.

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