Los navateros de Hecho exhiben el antiguo oficio en un descenso que resultó accidentado

Una de las dos embarcaciones que surcaba el río Aragón Subordán se partió por la mitad pero llegó.

Los navateros de Hecho exhiben el antiguo oficio en un descenso que resultó accidentado
Los navateros de Hecho exhiben el antiguo oficio en un descenso que resultó accidentado
Javier Navarro

Los navateros de la Val d’Echo protagonizaron ayer un descenso complicado por el río Aragón Subordán, pero que supieron resolver a la perfección. Y es que la navata de cinco tramos se partió al engancharse con las piedras del río, aunque tras volver a atarla pudo finalizar el recorrido con éxito. La otra embarcación, de cuatro tramos, no sufrió ningún percance.


A pesar de que la jornada no fue demasiado apacible, ya que estuvo nublado e incluso llovió en algún momento, el público fue fiel a este acto que pretenden homenajear el ingenio y el esfuerzo de sus antepasados, que aprovechaban el cauce del río como medio de transporte para hacer llegar hasta los puertos fluviales del Ebro e incluso hasta Tortosa, la madera que se sacaba de los bosques pirenaicos.


La jornada comenzó en la zona de Lo Pozo de los Molinos, desde donde salieron las embarcaciones. Pero antes, el público pudo fotografiarse con ellas y unas cien personas degustaron las migas que ofrecieron los navateros. Posteriormente llegó el momento de comenzar el descenso. Las condiciones del río no eran malas, ya que no bajó con demasiado caudal. La primera navata que salió fue la de cuatro tramos, en la que iba Eloy Marín, presidente de la asociación de navateros de la Val d’Echo. Lo hizo sin problemas y, aunque se enganchó en un tramo del río, los 10 tripulantes que iban sobre ella supieron salvar el escollo sin problema.Casi una hora de retraso

Antes de comenzar y durante el descenso, los nervios de estos hombres siempre están muy presentes. "Ni vemos la gente que hay, solo estamos pendientes de que vaya todo bien", reconoció Eloy Marín. "Yo siempre paso nervios, y no se me quitan hasta que no llego abajo", añadió. La suerte que tuvieron es que la embarcación no se partió.


No ocurrió lo mismo con la navata de cinco tramos que salió posteriormente. En la zona de Los Pozales se enganchó, pero en este caso se partió por la mitad, quedando tres tramos por un lado y dos por el otro. Las nueve personas que descendían sobre ella, con el agua "por los sobacos", lograron volver a atar las dos partes y pudieron finalizar con éxito el descenso por el río. Eso sí, se hicieron esperar, ya que tardaron casi una hora en llegar después de que lo hicieran sus compañeros.


"Algunas veces no sabes las piedras que esconde el agua, y si se engancha la punta de la navata luego se cruza la parte de atrás y al quedarse en mitad del río el agua hace mucha fuerza y lo revienta todo", relató Marín. Esto ocurrió junto a uno de los puentes por los que pasa el Aragón Subordán, y donde más gente se congrega para observar esta antigua tradición. Y si de normal el público aplaude, ayer lo hizo con mucha más intensidad, dado el esfuerzo que realizaron los navateros para poder terminar el recorrido hasta Lo Puen Viello.


En general, el descenso transcurrido con normalidad, salvo ese contratiempo, que además sirvió para mostrar a la gente "cómo se apañaban antes para bajar la madera", no sin dificultades. Que el descenso de navatas salga bien es fundamental para quienes llevan varios meses preparando las embarcaciones con sumo cuidado. Aunque los troncos los guardan y los van renovando cuando se hacen viejos, cada 6 o 7 años, el trabajo de recoger las vergas (ramas que crecen a la orilla del río y que se usan para unir los maderos), en febrero, es costoso. Hacen falta unas 1.000. El mismo día, al siguiente o cinco días después las retuercen una por una y a mano para que queden fuertes como las cuerdas.Los preparativos

Posteriormente se guardan en un lugar fresco o "a remojo" para que el día de coser estén "tiernas, por que si se secan, no valen". Luego se unen los maderos, los tramos y se preparan los remos y otras piezas que forman las navatas. Esta tarea se suele realizar la última semana antes del descenso, y el sábado anterior se ponen las embarcaciones en el agua y se dan los últimos retoques.


Con motivo del descenso por el río Aragón Subordán, los bares de Hecho han realizado para este fin de semana diferentes tapas y menús navateros, que han tenido mucho éxito entre los propios vecinos y los visitantes que ayer se acercaron hasta esta localidad de la comarca de la Jacetania para presenciar el espectáculo.


Cabe recordar que no es el único lugar de la provincia donde se recuerda el antiguo oficio. Por San Jorge tiene lugar en el río Gállego, desde Murillo, y el próximo 22 de mayo será el turno de la comarca de Sobrarbe, con el del río Cínca, desde Laspuña hasta Aínsa.

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