Huesca

El calor y la gran cantidad de nieve disparan el riesgo de aludes en las horas centrales del día

Tras la avalancha mortal de Pineta, los expertos advierten del peligro, que aumenta mañana por las temperaturas.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) elevó ayer el peligro de aludes a nivel 3 por encima de 2.100 metros en el Pirineo aragonés debido a que las lluvias caídas el fin de semana y las altas temperaturas han contribuido a la humidificación del manto. Precisamente una avalancha de nieve húmeda mató el domingo a un senderista en el valle de Pineta que iba acompañado de su mujer, que salió ilesa. Se ha constatado la caída de otra en esta misma área y de una tercera en la zona del refugio de Lizara, todas de grandes dimensiones.

La previsión es que la situación se agrave a partir de mañana al subir los termómetros, afirma el nivólogo de A Lurte (centro pirenaico de referencia para la gestión de riesgos de montaña, con sede en Canfranc), que emite boletines periódicos con información sobre el riesgo. Según Jon Apodaka, marzo es uno de los peores meses. "En primavera es cuando el peligro de aludes puede evolucionar más rápidamente por los bruscos cambios de temperatura entre la noche y el día". Él desaconseja sobre todo las horas centrales del día, "las de mayor insolación y más calor".


A Lurte ya advirtió para estos días de Semana Santa a los usuarios de fuera de pistas, practicantes de esquí de montaña, raquetas de nieve y alpinismo. Y es que, aunque la apariencia es de una mala temporada en espesores de nieve, la realidad es muy distinta, como demuestra el hecho de que la reserva de nieve sea superior a la media de los últimos cinco años. A todo ello se suman días más largos y mejor tiempo, con más gente realizando actividades en las montañas.


El domingo el peligro era limitado (2 sobre 5), pero tal y como aclaró Apodaka, se establece según la probabilidad y el tamaño, "no quiere decir que no pueda haber víctimas sino que es más improbable". De hecho, según datos del Instituto Cartográfico y Geológico de Cataluña, entre 1993 y 2013, el 65% de los fallecidos en aludes sufrieron el accidente con peligro 3, y un 31% con peligro 2. Y la Federación Aragonesa de Montañismo afirma que es en situaciones de riesgo 2 y 3 cuando más rescates se producen en invierno.


El que mató al senderista fue un alud de nieve húmeda o de fusión. "Es raro ser atrapado por una avalancha de este tipo porque su dinámica es lenta, pero tiene gran capacidad destructiva porque es una nieve muy densa", explicó el nivólogo. En España han fallecido esta temporada dos personas. El senderista de Pineta y un esquiador de montaña cerca de la estación de Valdezcaray (La Rioja).


También el jefe de los grupos de rescate de la Guardia Civil, el teniente Darío Álvarez de la Cal, recomienda "evitar las horas centrales del día, cuando las temperaturas son más altas". Ayer reiteró el mensaje lanzado durante todo el invierno de ir provisto de una pala, una sonda y un ARVA, "porque los primeros momentos son los más importantes". En caso de pasar una zona de peligro, como una canal de aludes frecuentes, aconseja "hacerlo de uno en uno".


Respecto al suceso del domingo, Álvarez de la Cal confirmó que se trató de un alud de fusión, típico de primavera, desencadenado por el peso de la nieve. "La noche anterior llovió y de día se alcanzaron los 12 grados". El senderista murió a consecuencia de los traumatismos sufridos al ser arrastrado. Ocurrió sobre las cuatro de la tarde, una hora desaconsejada en esta época, pero además "tuvo mala fortuna" porque la gran avalancha saltó un promontorio antes de sepultarlo.

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