Henna, malabares y nachos para iniciar la Semana Santa de forma solidaria

El instituto Ramón y Cajal de Huesca organizó un mercadillo benéfico, en el que los alumnos prepararon postres y manualidades.

Mercadillo solidario en el instituto Ramón y Cajal de Huesca
Henna, malabares y nachos para iniciar la Semana Santa de forma solidaria
R. C.

Tatuajes de henna, pelotas de malabares, juegos de habilidad, todo tipo de postres o nachos con salsa picante eran las propuestas que ofrecía el mercadillo solidario organizado por el instituto Ramón y Cajal de Huesca, que se ha convertido en una tradición antes de que los alumnos inicien sus vacaciones de Semana Santa. En esta ocasión, lo recaudado, que en ediciones anteriores rondaba los 1.000 euros, se destinará a varios proyectos, seleccionados por los propios alumnos. “Hicimos una votación para ver qué problemas preocupaban más a los chicos, con el fin de decidir de manera consensuada a qué dedicaríamos el dinero recogido”, explicaba Lola Giménez, orientadora del centro.



Así, finalmente se decidió que una parte de las aportaciones fuera a la Asociación contra el cáncer, de lo que un 15% se dedicaría exclusivamente a la investigación, y el resto a un proyecto de prevención del Linfedema en cáncer de mama. “Los chicos mostraron gran preocupación con todos los temas relacionados con las enfermedades y la salud, y entre las opciones, nos decantamos por el cáncer, que es una de las más cercanas para todos”, puntualizaba Giménez.


También se destinará una parte de la recaudación a ayudar a los refugiados, en un tema de máxima actualidad y en el que los chicos mostraron su sensibilidad. “Nos pusimos en contacto con la Mesa del Refugiado creada desde el Ayuntamiento de Huesca, a través de los cuales nos explicaron el trabajo de Cruz Roja como forma de canalizar nuestra colaboración”. En concreto, el dinero se destinará a apoyar la asistencia sanitaria de la Cruz Roja griega, que está trabajando en las islas griegas de Samos y Chíos, dando asistencia a más de 14.000 personas.



“Se ha trabajado sobre todo esto en los días previos, en las tutorías, por lo que todos los alumnos conocen la situación y se muestran muy concienciados sobre el tema”, añadía Giménez. Por ello, la jornada se inició con la lectura de un manifiesto en apoyo a los refugiados elaborado por Aministia Internacional, con el título 'Yo acojo'.



Tras ello, comenzó la jornada festiva, con competiciones deportivas por cursos, en la que los ganadores de las diferentes eliminatorias se batían contra los profesores en un último encuentro, que generó gran expectación ya al final de la mañana. Paralelamente, y coincidiendo con el tiempo de los recreos, se llevó a cabo el esperado mercadillo, en el que, divididos por grupos, pusieron en común su trabajo de las semanas anteriores. “Los de primero y segundo ofrecen en sus puestos actividades elaboradas por ellos mismos, con todo tipo de manualidades, mientras que tercero y cuarto han preparado diferentes comidas”, aclaraba la orientadora del centro y principal impulsora de la actividad. Entre las propuestas culinarias también colaboró el aula de educación especial del IES Pirámide, realizando platos de cocina de forma compartida con los alumnos del Ramón y Cajal.


“Han participado todos los cursos de Educación Secundaria y Formación Profesional Básica, que se han responsabilizado para realizar de forma autónoma los talleres y otras actividades, como un bingo o rifas para recaudar el dinero. Por lo que además de por el fin solidario, la actividad también ha servido para reforzar la independencia de los alumnos”. Todos ellos pudieron sacar los tickets correspondientes para poder adquirir o participar en las diferentes propuestas del animado mercadillo, que se celebró en la parte exterior frente a la fachada del edificio, aprovechando la primaveral mañana.


Entre los puestos que más éxito tenían y más alumnos congregaban estaba el de la clase de Segundo A, que hacía tatuajes de henna, que se caracterizan por permanecer en la piel durante varias semanas. Isa Capapei era la principal promotora de la iniciativa, “primero pensamos en pintar las caras, como en una fiesta infantil, pero recordé este tipo de tatuajes, ya que yo misma me hice uno en la playa, y tras ver varios tutoriales y encontrar un sitio que vendiera henna en polvo aquí en Huesca, lo pusimos en marcha”. Los chicos y chicas esperaban así que o la propia Isa o sus compañera Inés Lalueza y Lucía Muñío dibujaran en sus brazos diferentes motivos, basados en una amplia carpeta de diseños preparada por las mismas chicas, con un precio de un euro los más pequeños y dos los de mayor tamaño.

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