El ministro del Interior pide una sentencia "ejemplarizante"
Jorge Fernández Díaz, que le impuso una condecoración a título póstumo, reclama "tolerancia cero" con la conducción bajo los efectos de las drogas.
El ministro del Interior ha lamentado en Barbastro la muerte del guardia civil José Antonio Pérez, arrastrado por un conductor que se saltó un control de alcohol y drogas, y ha mostrado su solidaridad con la familia. Jorge Fernández Díaz ha pedido que la sentencia sea ejemplarizante y sobre todo ha lanzado un mensaje de sensibilización para que no se conduzca bajo los efectos de la droga y del alcohol, la mayor causa de accidentes de tráfico en España.
El ministro, acompañado por la directora general de Tráfico, María Seguí, y por el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, impuso a título póstumo la Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil con distintivo rojo al agente José Antonio Pérez Pérez, de 54 años, muerto tras ser arrastrado casi 500 metros por un conductor de 17 años, que le agarró de los brazos contra el volante cuando procedía a hacerle la prueba de alcoholemia. El menor dio positivo en el test de drogas.
Este caso debe servir, dijo Fernández Díaz, para que haya tolerancia cero con quienes conducen bajo los efectos de drogas ilegales, porque estas personas no solo juegan con su vida sino que juegan con la de los demás.
El conductor y los otros tres ocupantes del vehículo, de 14 y 17 años, están en dependencias de la Fiscalía de Menores y a disposición judicial. Este domingo se decidirá si van a un centro de internamiento o se ponen bajo la tutela de sus familias. Cabe recordar que además de matar al agente, chocaron con otro vehículo en el que viajaba una familia de cinco miembros y dos de ellos resultaron heridos.
La ceremonia de imposición de la condecoración se ha celebrado en el salón de plenos del Ayuntamiento de Barbastro, donde se han reunido numerosas autoridades, entre ellas el presidente de Aragón, Javier Lambán; y el Justicia, Fernando García Vicente. Entre los asistentes había muchos guardias civiles, compañeros de la víctima, y policías locales, que quisieron arropar a la viuda y la hija del fallecido.
