La ola de frío polar entra con temperaturas de -5 grados en el Pirineo y nevadas débiles
Las precipitaciones se intensificaron a última hora y era obligatorio el uso de cadenas en 5 carreteras.
La entrada de una masa de aire polar por el norte dejó ayer frío, nieve y viento en el primer episodio verdaderamente invernal desde que empezó la estación. Las nevadas no fueron especialmente importantes en el Pirineo aragonés, pero sí la caída de temperaturas, con -50 con carácter general y una sensación térmica todavía más baja debido al fuerte viento, con rachas de hasta 80 kilómetros por hora que afectaron a puntos de las tres provincias. Los avisos meteorológicos se mantienen hoy por viento, frío y nieve.
"Se nota una acusada sensación de frío. Las condiciones en la montaña, sobre todo en el Pirineo, han empeorado mucho. Pero el tiempo mejora en el sentido de que hacía falta nieve", señaló Gerardo Sanz, del grupo de Predicción y Vigilancia de la Agencia Estatal de Meteorología en Aragón. "Es un episodio típicamente invernal. La ola de frío no es excepcional en cuanto a las temperaturas, teniendo en cuenta que estamos en enero, aunque sí es notoria porque ha hecho bastante calor este mes y ahora nos sorprende".
La prealerta por nieve dejó unos 5 centímetros de forma generalizada en muchas localidades del Pirineo, donde por la noche se esperaban más precipitaciones. A última hora nevaba en Jaca y Sabiñánigo, pero la previsión hacía posible que siguiera bajando hasta los 500 metros.
El fenómeno se extendió por todos los valles, afectando a media docena de carreteras. Las cadenas eran obligatorias en una ruta principal, la N-330, a la altura de Canfranc, y en otras cuatro de la red autonómica: la A-136, desde Escarrilla a la frontera del Portalet; la A-176, en Ansó; la A-139, de Benasque a los Llanos del Hospital; y la A-2606, en el acceso al balneario de Panticosa. La situación se complicó porque el tráfico a última hora de ayer era más intenso, en el inicio del fin de semana, con muchos vehículos circulando en dirección a los valles pirenaicos con la expectativa de poder esquiar.
La buena noticia es que las estaciones ofrecen la mayor superficie de la temporada, más de 170 kilómetros, y todos los centros están abiertos por primera vez desde el inicio de la campaña. Astún dispone de 29 km; Candanchú, de 11; Cerler, de 42; Formigal-Panticosa, de 84; Javalambre, de 2; y Valdelinares, de 7.
