Muere un ciervo de la Ciudadela de Jaca por tragar bolsas de plástico de forma continuada

El ejemplar, bautizado como ‘Manolo’ y de 10 años, fue el macho dominante de la manada hasta hace dos años. Los materiales ingeridos le obstruyeron el estómago.

El ciervo 'Manolo', en primer término, con otros ejemplares en el foso de la Ciudadela .
El ciervo 'Manolo', en primer término, con otros ejemplares en el foso de la Ciudadela .
Diego Fernández

La Ciudadela de Jaca ha perdido a uno de sus ciervos más emblemáticos, ‘Manolo’. Así se llama popularmente al jefe de la manada en este espacio. Aunque el animal había perdido este rango hacía tiempo, probablemente por la debilidad que manifestaba, el Consorcio que gestiona el recinto decidió mantener el nombre al ser uno de los ejemplares más hermosos del Castillo de San Pedro. Tenía 10 años y fue el macho dominante hasta hace dos, cuando le sustituyó ‘Segundo’, más joven pero ahora el ciervo más fuerte de los tres machos que hay en la manada.


La muerte de ‘Manolo’ hubiera llamado menos la atención de no ser porque la causa fue una ingesta prolongada de plásticos, que arrastrados por el viento o arrojados por los viandantes llegaron hasta el foso en el que habitan estos animales. El suceso ocurrió el pasado domingo, cuando se descubrió al ejemplar tumbado en el suelo. Inmediatamente, se dio aviso al veterinario pero tal y como se explicó desde la Ciudadela, "nada se pudo hacer y se tomó la decisión de sacrificarlo".


Durante la necropsia, el veterinario extrajo una gran bola formada por plásticos, especialmente de bolsas y en cuyo interior había habido restos de alimentos, sobre todo con sal. La ingesta prolongada de este material provocó una obstrucción en el estómago del animal e imposibilitó la digestión de su comida habitual, por lo que prácticamente, murió de inanición.


Cabe destacar que los ciervos buscan la sal para comer. Cualquier alimento o bolsa que haya contenido sal, por ejemplo, una bolsa de patatas fritas, se convierte en un manjar para estos animales. El Consorcio de la Ciudadela, sabiendo que no ha sido el primer animal que ha muerto por estas mismas causas, ha dado un toque de atención a los viandantes que paseen por los glacis.


"Tenemos que ser limpios, cívicos, sobre todo en un lugar como la Ciudadela, por las consecuencias fatales que esto puede conllevar", señaló ayer el gestor cultural del Castillo de San Pedro, Diego Fernández. "Porque esto –afirmó– no se ha producido por la ingesta de una bolsa o dos en un momento puntual sino que ha sido algo que se ha mantenido durante mucho tiempo".


Los responsables de la Ciudadela manifestaron ayer su preocupación por que el resto de los ciervos que componen la manada hayan hecho lo mismo, algo que es muy probable. "Si pudiéramos analizar a todos los animales, seguramente todos ellos tendrían en su estómago plásticos", indicaron. Por ello, el objetivo es conseguir que no sigan ingiriendo más materiales de este tipo.


Se da la circunstancia de que la Ciudadela no es un lugar sucio y no se observan excesos de basura. Además, diariamente se llevan a cabo batidas de limpieza. No obstante, parece que estas medidas no son suficientes, a tenor de lo ocurrido el pasado domingo. "Solo lograremos cumplir el objetivo si depositamos la basura, por poca que sea, en los lugares correspondientes para ello, no en los Glacis", concluyó Diego Fernández.


Llegaron hace 41 años

Los ciervos de la Ciudadela de Jaca son, desde hace años, un emblema para la ciudad. Estos animales, además de significativos, suponen un entretenimiento para los vecinos y visitantes y, sobre todo, para los niños. A ellos se trata de inculcar la necesidad de no ensuciar los glacis cuando acuden, por ejemplo, grupos escolares a visitar el edificio.


Los tres primeros ciervos llegaron a hace 41 años al Castillo de San Pedro, en concreto, el 19 de marzo de 1974. Desde entonces, la Ciudadela de Jaca ha cuidado, custodiado y alimentado a todos los ejemplares, que, hasta el pasado domingo eran 28. De los 27 que a día de hoy habitan en el foso, siete son machos –tres de ellos adultos– y el resto son hembras.


Durante este año 2015 han nacido cuatro ciervos, dos de ellos en septiembre. Es algo que en la Ciudadela califican de insólito puesto que los nacimientos en esta especie suelen producirse en primavera. Los ciervos viven alrededor de 18 años si lo hacen en cautividad y están bien cuidados y alimentados, como lo están en la Ciudadela.

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