El campus de Huesca acoge alumnos de 17 nacionalidades

Los estudiantes proceden de países como China, Francia, México o Turquía.

En la foto, varios alumnos de origen francés e italiano.
El campus de Huesca acoge alumnos de 17 nacionalidades
Fernando Paúles

Enrico Giannotta estudia en Venecia, una ciudad de enorme actividad, sobre todo turística, por lo que valorá muy positivamente la tranquilidad que le da la que va a ser su ciudad durante un curso, Huesca. El joven cursa el grado en Administración y Dirección de Empresas en el campus oscense de la Universidad de Zaragoza, y es uno de los más de 50 alumnos de otros países que pasaran por él durante este año, repartidos en los dos cuatrimestres.


Además de Italia y Francia -siendo los galos los más numerosos-, también habrá estudiantes procedentes de países más lejanos, como México, Brasil, Austria o Turquía. La mayoría de ellos se reparten entre el máster en Turismo, o el grado de Administración y Dirección de Empresas. También habrá presencia extranjera en los grados de Educación Infantil, Gestión Pública, Ingeniería Agroalimentaria, Ciencias Ambientales o Nutrición. Además de en el máster en Museos, que se iniciará en el mes de enero, con alumnos ya no solo de numerosas provincias españolas, sino también de Rusia, Argentina o Chile.


Especialmente curioso es el caso de los alumnos chinos, numerosos en Turismo, y que comenzaron a participar en el campus oscense en el año 2011 como experiencia piloto, que ya más tarde se ha integrado en toda la Universidad de Zaragoza, con presencia del país asiático en todos los estudios que en ella se imparten. “No resulta fácil la integración de estos estudiantes, pero yo creo que eso hace más enriquecedor todavía su estancia aquí”, explica José Antonio Moseñe, encargado de las relaciones internacionales en la facultad de Empresa, que también comenta que la manera que estos tienen de afrontar el curso es muy diferentes. “Ellos llevan muy rigurosamente sus horarios de clases y es difícil verlos en algunas de las actividades fuera de las aulas que se programan”.


Para poder participar en alguno de los programas universitarios de movilidad, los alumnos deben tener un nivel mínimo de castellano, aunque la mayoría realizan cursos intensivos a su llegada a la ciudad, para poder adaptarse más rápidamente a las clases. No obstante, todos coinciden en señalar la buena predisposición de los profesores ante sus posibles dudas.


Matilde Allias y Charlotte Cahabanier describen a los docentes como “muy amables”, en un perfecto castellano, a pesar de proceder de Pau, en Francia. “Llevamos tres años cursando Filología Hispánica”, dicen para justificar su dominio del idioma. A pesar de estudiar esa titulación, este año se han matriculado en varias asignaturas del grado en Magisterio Infantil compatibles con el plan de estudios de su universidad de procedencia. Después de un mes en Huesca, aseguran que les cuesta un poco congeniar con sus compañeros de clase, al formar parte de grupos diferentes en cada materia, no así con el resto de la comunidad Erasmus de la ciudad.


Burcu Süngur procede de Turquía, aunque es de origen serbio, y reconoce que no siempre le resulta sencillo seguir las clases de Ingeniería que cursa en la Universidad Politécnica de Huesca, ya que su dominio del idioma es todavía bajo. Los encargados de la movilidad de alumnos del campus explican lo complicado que es establecer convenios con el país turco, ya que hace falta una gran cantidad de certificados que demuestren que el joven viene a España a estudiar y no con la intención de quedarse.

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