'Salvados' revoluciona Jánovas
Jordi Évole dedica su programa del domingo a retratar la injusticia del desalojo. Un ex alto cargo de Medio Ambiente denuncia las presiones a favor del embalse.
El presentador Jordi Évole organizó el domingo una fiesta para hacer un pase a los antiguos vecinos. Ayer lo repitió, acompañado del director de Antena de la Sexta, Mario López, y de algunos afectados que dan su testimonio, ante medio centenar de periodistas (la mayoría viajaron desde Madrid), quienes después del visionado recorrieron las calles invadidas por la ruina y la maleza.
Hacía 7 años que no había un preestreno de Salvados, "pero aquí nos hemos dejado el alma porque es de esas historias que quedan. No hay injusticia grande ni pequeña y esta, que afecta a poca gente, es universal", declaró Évole. Junto a él Jesús Garcés y Óscar Espinosa, descendientes de expropiados, confían en que la difusión de su historia a todo el país sirva para hacer cumplir las promesas: culminar el proceso de reversión de las propiedades y ejecutar las inversiones para la reconstrucción. Son los únicos que ya han empezado a levantar de nuevo sus casas, "porque queremos volver a vivir en Jánovas".
Entre los testimonios recogidos por Évole destaca el de Toni Garcés, el último niño nacido en el pueblo. Su familia resistió más de 20 años, cuando casi todos habían abandonado, pero en 1984 ya no pudo seguir aguantando la presión de Iberduero y de la administración.
Su salida de Jánovas fue en vano, como la del resto de afectados, pues en marzo del 2000 el secretario general de Medio Ambiente emitió una declaración de impacto ambiental negativa que descartó la posibilidad de construir una presa en el río Ara. Era la primera en este sentido que se hacía en España de un gran embalse. Sin embargo, no se publicó en el Boletín Oficial del Estado hasta once meses después.
Cómo suavizar el informe
"Me reuní con cuatro o cinco técnicos y les pedí que si se podía suavizar algo, me dijeron que no, que eso no había quien lo arreglara", relata. El director técnico puso su cargo a disposición del secretario general, e incluso sugirió el nombre de alguien "que podía ser más proclive a hacer un apaño". No solo no aceptó la dimisión sino que Muriel planteó la suya a Tocino. "Me dijo que guardara en un cajón el informe hasta que ella me dijera". La orden de enviarlo al Boletín Oficial del Estado llegó en la primavera del 2000, según él porque ya no iba a afectar al gobierno, pues en marzo había elecciones generales.
A Tocino le sucedió Jaume Matas. Este le pidió la retirada del informe negativo del BOE, con la excusa de un error, para poder darle la vuelta. El ex alto cargo va más allá y asegura que alguien aplazó la publicación en el Boletín, en referencia al ministro Francisco Álvarez Cascos. "Le expliqué a Matas las afecciones, lo que contravenía la legislación de Europa, del Estado y de Aragón. Me dijo que eso estaba muy bien pero que redactado de otra forma se podía hacer". Finalmente, se negó a dar marcha atrás y eso le costó el puesto. Ya no volvió a tener ningún cargo público y la declaración negativa salió publicada un año después. De no haber resistido, "aquí habría ahora un embalse", asegura.
Y si el programa se abre con el testimonio de Toni Garcés, lo cierra su madre de 88 años, a quien le gustaría que algún día alguien le pidiera perdón. "No he visto la justicia por ningún lado", lamenta, ya sin ganas de volver.