El rafting más arriesgado llega a Aragón

Desde hace unas semanas se puede bajar por el río Ara en un recorrido clase V, único en España.

Descenso de rafting de clase V en el Pirineo.
Descenso de rafting de clase V en el Pirineo.
Kayak Campo

Los amantes del rafting disponen de un nuevo aliciente para visitar el Pirineo aragonés. Desde hace unas semanas se puede probar un recorrido de clase V, el máximo existente en la clasificación internacional de ríos. Así, este tramo de escasa media hora en el río Ara, en el corazón del parque nacional de Ordesa y Monte Perdido, se convierte en el único referente español de nivel V y proporciona a los más “arriesgados” la posibilidad de seguir experimentando sin salir del país. “En todo el mundo no hay muchos que tengan esta clasificación, pero el nuestro es bastante diferente a ellos”, asegura Eduard Jubert, gerente de Kayak Campo y coordinador de las actividades de río.


Grandes ríos como el Futaleufú en Chile, el Norte Johnstone River de Australia y el Zambeze en Zambia forman parte del selecto club de los clase V, aunque por razones diferentes a las que se ha clasificado al descenso de aguas bravas del Ara. “Para dar esta clasificación se tienen en cuenta varias cosas: el caudal del río, la anchura, la dificultad general...”, subraya Jubert. Por ello, la diferencia entre estos grandes ríos y el Ara radica en que en ellos se han tenido en cuenta las dificultades que entraña el gran caudal y la velocidad que tiene y en el aragonés el trazado, “mucho más estrecho, en el que cualquier milésima de segundo cuenta”.


Este tramo está situado justo encima del considerado como clase IV, que va de Torla hasta Broto. Así, la nueva aventura se encuentra a la altura del parque nacional de Ordesa y Monte Perdido. “Había muchos usuarios que ya habían venido en varias ocasiones y les empezaba a parecer poco, por ello, hemos decidido crear esta parte, que aunque no dura mucho tiempo, proporciona una experiencia totalmente diferente”, destaca.


Pero no todos pueden embarcarse en esta aventura. “Tienen que ser personas que practiquen este tipo de deportes y tener una buena condición física, por ello no dejamos que la gente se inscriba directamente”, recalca Jubert. Durante el último mes han realizado más de una decena de descensos con personas que acudían al de clase IV. “Los que veíamos que se manejaban bien, les preguntábamos si querían probar el trazado, de este modo, hemos ido viendo los intereses de la gente y el funcionamiento de este tramo”, recuerda.


Así que para poder probar el clase V, es necesario pasar anteriormente por el de un nivel menor y que los guías consideren que se está totalmente preparado. “La dificultad técnica es máxima, por lo que los usuarios tienen que remar más fuerte, estar más coordinados y muy atentos a nuestras indicaciones”, recalca. Y es que en este tramo, el tiempo es oro y los pequeños errores no se pueden subsanar como se hace en niveles inferiores, sino que casi siempre implican que finalmente no puedan realizar el descenso y la barca vuelque.


No obstante, según asegura Jubert, no es necesario ser un experto. “Antes de que suban les mostramos el recorrido, les explicamos todas las medidas de seguridad para que no se corra ningún riesgo”, sostiene. Asimismo, señala que las personas que finalmente deciden probar la experiencia son gente que busca adrenalina, puesto que es “una media hora muy intensa”.


La decisión de las compañías Guías de Torla y Kayak Campo de poner en marcha este nuevo recorrido de rafting no se corresponde con el azar. “Hace diez años era imposible porque los guías no teníamos mucha experiencia ni conocimientos, pero con todo lo que hemos aprendido estos años, hemos conseguido seguir innovando y llegar a crear el primer clase V de España”, señala.

Una actividad “de moda”

Las empresas dedicadas al turismo activo y deportivo en Aragón se han multiplicado en los últimos seis años. Esto ha provocado que cada vez vengan más personas de otras comunidades atraídas por la variada oferta, en la que destaca el rafting y el descenso de barrancos. De hecho, según estima Jubert unas 30.000 personas practican este deporte en Aragón, “unas cifras que van creciendo año tras año”. Los principales focos se encuentran en el valle del Ésera y Murillo de Gállego.


El rafting se puede practicar hasta octubre, sin embargo, el tramo dedicado a clase V solo se podrá utilizar desde Semana Santa hasta finales de junio. “Es una zona que no está regulada por presas, por lo que la afluencia del río depende de los deshielos y de la zona de primavera”, recalca.