Rafting, senderismo, teatro e inglés para pasar un verano emocionante

Más de 20.000 menores aragoneses ya disfrutan de alguno de los 400 campamentos que la DGA ofrece a través del Instituto de la Juventud desde hace décadas.

A pesar de la crisis económica, desde 2010, las inscripciones a los campamentos de verano que organiza el Gobierno de Aragón en colaboración con otras entidades se han incrementado notablemente. "El apoyo a la conciliación de las familias y las ayudas que se dan para reducir los precios han sido claves para este aumento", afirma Belén Serrano, Jefa de Servicio de Programas y Prestaciones en el Instituto Aragonés de la Juventud (IAJ), organismo que se encarga de coordinar la gran mayoría de los campamentos que se ofertan en la Comunidad desde hace décadas.


Para este verano, la oferta ha aumentado ligeramente, y ya son más de 400 opciones, entre campamentos y colonias (que se diferencian en que en los primeros se pernocta en tiendas de campaña y en las segundas en albergues), a las que los jóvenes aragoneses pueden apuntarse este verano. La variedad de las actividades también ha aumentado, pues además de los clásicos en los que se practican deportes de aventura como rafting o alpinismo, se han añadido algunos temáticos en los que se explotan dotes artísticas como el teatro o la música y otros en los que se practica la inmersión lingüística con profesores nativos angloparlantes impartiendo talleres, cursos o juegos. Desde el IAJ aseguran que en los últimos años, los padres han tendido más a apuntar a sus hijos a campamentos en los que se practicasen idiomas para aunar socialización, entretenimiento y aprendizaje, pero los deportes de aventura siguen estando en cabeza de las inscripciones.

Una gran variedad

Los diferentes campamentos se desarrollan principalmente en las dos quincenas de julio y las dos de agosto y se ubican en diversas zonas del territorio aragonés. Las edades de los pequeños que se inscriben oscilan entre los 6 y los 17 años, aunque se agrupan por generaciones lo más próximas posibles en función de la complejidad de las actividades que se realicen.


El IAJ ha tratado de mejorar en los últimos años la metodología, el procedimiento y la publicidad de estos programas para exponer una agenda lo más completa posible. Hace alrededor de un año estos programas obtuvieron la certificación ISO 9001, un reconocimiento de calidad a nivel internacional. "Que sean actividades que fomenten la participación juvenil, los valores educativos y el desarrollo personal es fundamental para que cada vez más padres opten por inscribir a sus hijos en uno de los campamentos", señala Serrano.


A lo largo del verano, más de 20.000 jóvenes participarán en estos entretenidos eventos, que desarrollan multitud de empresas especializadas y entidades sin ánimo de lucro. En el caso de estas últimas, el precio de matriculación está subvencionado por el Gobierno de Aragón, lo que permite que algunos de los programas cuesten menos de 100 euros.

Pautas de seguridad

Para garantizar la seguridad de los pequeños en aquellos campamentos en los que las actividades sean más dificultosas, el IAJ colabora con la Federación Aragonesa de Montaña (FAM) a través de su programa ‘Montañas Seguras’, cuyos miembros llevan 16 años asesorando a los promotores de estas actividades. Marta Ferrer, coordinadora del programa, afirma que la organización y previsión en la gran mayoría de los casos es "correcta". "Nosotros recogemos los planes de actividades de riesgo de aquellos campamentos que las pretenden presentar en su programa. Los estudiamos y valoramos en función algunos aspectos como las características de la actividad, las edades de los menores, el emplazamiento del deporte que se va a practicar o los itinerarios, pero generalmente no hay ningún problema", apunta.


Más que supervisar, la organización trata de asesorar y guiar en la gestión de recursos –enseñando a los jóvenes técnicas para interpretar un mapa o cómo hacerse una mochila para una excursión– y en temas de seguridad. "Normalmente tratamos de disuadir a los monitores de que organicen prácticas de rápel o excursiones cuando pueda haber nieve. Ambas actividades exigen una formación determinada que no siempre se tiene, y en el caso de la nieve, siempre hay que utilizar piolet y crampones y muy pocos saben hacerlo", señala Ferrer. En cualquier caso, desde la entidad aseguran que los monitores suelen realizar personalmente las actividades que luego se van a ofrecer a los pequeños y están muy pendientes de la seguridad en todos los casos.


Los campamentos y las colonias regresan un verano más a Aragón y lo hacen como herramienta clave para la conciliación familiar, los valores sociales y la autonomía personal.

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