Hallados en Arén vestigios de ocupación humana de hace más de 50.000 años

La excavación está organizada por la Universidad y financiada por el Ayuntamiento 

Trabajos en el yacimiento de la Roca de San Miguel, con algunos de los alumnos participantes.
Hallados en Arén vestigios de ocupación humana de hace más de 50.000 años
Rafael Domingo

Arén es conocido por los megalitos de Cornudella, unos dólmenes y un menhir de entre el IV y el III milenio antes de Cristo. Aquí también está el Museo de los Últimos Dinosaurios Europeos, escaparate de las huellas de saurios de hace 65 millones de años encontrados en diversos yacimientos a partir de los años 90. A este patrimonio habrá que sumar ahora un descubrimiento reciente, el de diversos vestigios de ocupación del hombre neandertal, entre 50.000 y 150.000 años. 


La excavación, realizada por la Universidad de Zaragoza y dirigida por los profesores Lourdes Montes y Rafael Domingo, acaba de dar con diversos materiales de la cultura musteriense. No están entre los más antiguos de la península, pero sí de Aragón. «Son unos 100.000 o 200.000 años más recientes que los de la sima de los Huesos de Atapuerca, que serían los antecesores de los de Arén», señala Lourdes Montes. 


El primer descubrimiento lo hicieron los geólogos que trabajaban en las inmediaciones, en los restos paleontológicos de huellas de dinosaurios, aunque Lourdes Montes se apresura a recordar que nada tienen que ver unos y otros, porque dinosaurios y humanos nunca convivieron. 


De momento no han aparecido restos humanos físicos, o sea, huesos, pero sí instrumental de piedra que utilizaban para procesar madera y vegetales y huesos de la fauna que consumían. Es un sitio «estratégico», según la codirectora, en el que se cierra la montaña para dar paso al río Noguera-Ribagorzana, lo que permitía un control sobre las manadas de animales que atravesaban el valle. 


En la excavación, entre el 7 y el 25 de julio, participan estudiantes, la mayoría de la Universidad de Zaragoza. Cuenta con permiso de la Dirección General de Patrimonio pero la financiación la aporta el Ayuntamiento, que atendió el requerimiento de los expertos urgiendo una intervención. «Al tratarse de un asentamiento al aire libre y no de una cueva, la erosión le afectaba mucho y corría el riesgo de perderse», aclaró Montes. También ha vallado la zona y mejorado el acceso. 


Según la especialista, hay bastantes asentamientos de esta etapa, tanto en la parte aragonesa como en la catalana, que se llevan excavando desde los años 80 y que demuestran, como la cueva de los Moros de Gabasa (1984-1994), «una existencia bastante densa» de neandertales. Lugares como este, dice, «nos ayudan a eliminar la falsa visión de que los humanos prehistóricos han vivido solo en las cuevas. No es verdad, también vivían en campamentos al aire libre, aunque se conservan mucho peor y hace falta mucha suerte para reconocerlos».