El Coso Bajo vuelve en sí tras las obras

Los comerciantes del Coso Bajo esperan que las obras revitalicen las ventas.

Obras en la zona del Coso Bajo oscense
Obras en la zona del Coso Bajo oscense

Han pasado 15 días desde que el primer tramo peatonalizado del Coso ?entre los Porches de Galicia y la plaza de San Lorenzo? se abriera al público después de cinco meses en obras. Una temporada en la que tanto los vecinos como los comerciantes de la zona han tenido que resignarse a convivir con las vallas, el ruido de las máquinas y el polvo proveniente de un proyecto de esta envergadura. Ahora, dos semanas después, empresarios y hosteleros hacen balance del resultado de esta operación y las consecuencias que esperan que tenga en el futuro.


"Esperamos que sea un cambio para mejor, aunque aún no lo hemos podido apreciar", señala Vicente Plana desde el establecimiento de fotografía del mismo nombre. Le agrada, asegura, el resultado estético de las obras, aunque para saber si servirá o no para atraer a más clientes, "habrá que esperar todavía a que haya una mayor continuidad en su uso". Piensa, sin embargo, que no se trata de que la calle esté peatonalizada o no, "sino de que ahora la gente no puede gastar tanto dinero como antes". Alaba, por otra parte, el trabajo de la empresa constructora. "Las obras fueron muy bien, nos ha sorprendido la limpieza con la que se han desarrollado los trabajos y cómo se ha hecho por molestar lo menos posible", añade Plana.


De la misma opinión es Mariano Aquillué, desde el otro lado del mostrador de la joyería que lleva su nombre. "La calle ha quedado bien, ahora tendremos que ver si la gente viene o no. Será, en mi opinión, a medio plazo. Estamos expectantes, ya que hay que tener en cuenta que antes había clientes que venían en coche y aparcaban junto a la acera, algo que ya no podrán hacer", señala Aquillué.


"Estos días hemos tenido mucho movimiento, aunque quizá haya influido también la celebración del Día de la Madre", comenta, por otra parte, otro joyero, Francisco Lanau. Como asegura, viven esta nueva etapa "con mucha ilusión", si bien le preocupa el gran número de espacios cerrados que pueden verse todavía en este tramo del Coso Bajo. "Nuestra necesidad inmediata es que se llenen los locales comerciales aún vacíos. Es una ocasión histórica para crear una buena zona de compras aprovechando que ya no hay bancos ya que, por sus horarios, perjudican a las calles de tiendas", asegura Lanau. "A ver si los dueños ofrecen unos precios razonables y la gente se anima a alquilar, porque eso es lo que necesitamos", es su deseo para el futuro.

Población mayor

A Antonio Pano, uno de los socios del bar Oscense, casi en la confluencia con las 'cuatro esquinas', le preocupa, sin embargo, la situación en la que han quedado los vecinos, muchos de ellos, señala, de avanzada edad. "La población del Coso es, por lo general y quitando tiendas, oficinas y bares, de gente mayor, de más de 70 años de edad, que necesitan que sus familiares les trasladen, les lleven al médico o les hagan la compra y a sus familiares no siempre les es posible acceder con sus vehículo o estacionar", apunta este hostelero. Hubiera preferido, asegura, "que la calle hubiese quedado semipeatonal, limitando la velocidad, por ejemplo, a 20 kilómetros por hora".


Llama la atención además, sobre la ordenanza municipal que fija en ocho las mesas que pueden instalar cada bar o restaurante en su terraza. "Tener ocho mesas nos permite contratar a una persona de forma temporal para los fines de semana o días especiales, pero con doce mesas se podría crear un puesto de trabajo fijo, porque sabemos lo que nos puede dar de sí", comenta el hostelero, quien pide a los técnicos municipales que valoren este hecho.-