Las obras de arte de Micro ya no pertenecen a sus artistas. Desde el pasado viernes y durante un mes se enfrentan al público desde tres de las salas de exposiciones del Centro Cultural del Matadero de Huesca. Se trata de la primera parte de este festival de lo pequeño que se inaugura y que lleva por título Microvisual. Son así una veintena de obras plásticas de todo tipo, desde la pintura a la instalación, pasando por la fotografía, la escultura y la poesía visual. Todas ellas, de un metro cúbico como máximo. Completa la muestra Minimicro, apartado en el que se exponen las obras realizadas por los niños de las ludotecas municipales.

Durante la inauguración, parte de los artistas ejercieron de guías de lujo de sus obras. “Mi obra se llama 'Proyecto Pulsar' y en ella, puede verse cómo el sonido realiza formaciones sobre la materia”, explica el artista leridano Ferrán Lega. Como asegura, no le ha resultado complicado adaptarse a las dimensiones del festival, ya que su propuesta “ya estaba proyectada para tener estas medidas”. En su opinión, el formato pequeño le sienta bien a este tipo de arte. “Dependen de cómo contextualices tu obra, una obra puramente pictórica, por ejemplo, puede necesitar más espacio”, comenta Lega.

“He escogido un jamonero, una estampa bastante ibérica que podemos ver en cualquier hogar y simplemente, he cambiado la pata de jamón por la pierna de un maniquí”. Así es ‘Coja su turno’, según su autor, Chalo Moca. Como revela, el título que le ha dado juega con la ambigüedad. “Puede ser, ‘coja su turno’ para cortarse una loncha de jamón o bien para ser el próximo en poner la pierna. No se sabe muy bien si eres el carnicero o el cliente”, relata el artista. Como indica, su escultura cuenta también con mensaje. “Vivimos unos días en los que hay una serie de carniceros que están jugando con nuestra carne y nuestros derechos y me da mucha rabia que lo hagan con tanta impunidad”, asegura.

Junto a la obra de Moca se encuentra otra propuesta igual de impactante. Su título es ‘Sin salida’ y es obra del oscense Jorge Dueso. En esta instalación, una esfera del mundo se encuentra prisionera en una jaula en cuyo interior le amenazan decenas de jeringuillas cargadas de corrupción, guerra, crisis. “Están representados los males que nos hemos creado nosotros mismos. Estamos girando sin parar en una cárcel de la que va a ser complicado salir”, afirma este joven artista. Pero también hay un espacio para la esperanza. El remedio se encuentra en los tubos de muestras que completan la instalación, rellenos de amistad, paz, imaginación… Y que el espectador puede llevarse a casa. Eso sí, con el compromiso de utilizar su contenido.

Un escaparate de nuevos artistas

Junto a Dueso expone otro oscense, Lorenzo Ordás, su obra fotográfica: ‘Dubrovnik, julio 2010’. Todo un misterio a descubrir por el espectador en la ciudad croata. “Juego con una imagen y un texto entre la realidad y la ficción. Con ello, invito al espectador a que imagine la historia que le quiero contar”, propone el autor. En su opinión, Micro es así para los artistas “una oportunidad para darnos a conocer y también, fuerza para seguir trabajando”. Además, se trata también, como dice, de una oportunidad para descubrir las obras de otros compañeros artistas. “La gente tiene que venir, ver todo lo que hay expuesto y que esta iniciativa siga adelante”, afirma el artista.

Las obras de Microvisual podrán verse hasta el próximo 2 de junio en tres de las salas expositivas del Centro Cultural del Matadero. Del 9 al 12 de mayo tendrán lugar, por otra parte, las mini propuestas teatrales de Micronesia (de 15 minutos de duración, como máximo). Su escenario serán diferentes estancias del edificio del Instituto de Estudios Altoaragoneses. Y el día 17 se celebrará, además, el festival Microfest, con poesía, música, ‘spoken word’ y performances. Será a partir de las 22.30 en el Espacio de Arte Joven.