Huesca

El Archivo Provincial tuvo más de 6.000 consultas en 2011

Huesca

Entre las joyas que custodia, una carta de Joaquín Costa a Giner de los Ríos en la que le pedía consejo antes de pretender a una joven oscense profundamente religiosa.

6.000 consultas y 50.000 copias, balance del Archivo Provincial en 2011
J. S.

El Archivo Histórico Provincial de Huesca recibió el pasado año un total de 6.000 consultas -bien en su sede de la calle de Canellas de Huesca o bien mediante otros medios como teléfono o internet- y facilitó la copia de 50.000 documentos, de acuerdo con los datos facilitados por Marta Mastral, técnica de esta entidad, que abrió sus puertas la tarde del jueves a los oscenses con motivo de la celebración de su Día Internacional. Se organizaron así dos visitas guiadas, que permitieron a los ciudadanos conocer de primera mano dependencias como el depósito de documentos o el laboratorio de restauración, cerradas, por lo general al público.


El archivo oscense cuenta con fondos desde el siglo XII hasta nuestros días, tanto de origen administrativo –como actas notariales, títulos de propiedad, expedientes académicos o sentencias, como privado –como por ejemplo, archivos de de las familias nobles de la de la provincia, de monasterios, bancos, sociedades o iglesias parroquiales. También custodia, entre otros documentos, 10.000 cartas pertenecientes a Joaquín Costa. “Entre los fondos más consultados se encuentran los documentos del Monasterio de Villanueva de Sijena”, explicó Mastral, “que interesan también a investigadores de fuera de España”.


Investigadores que antes debían desplazarse hasta Huesca para consultar estos manuscritos, pero que ahora pueden hacerlo, en gran parte, por internet, donde han sido publicados, junto con otros archivos de la colección. En total, fueron 4.000 las visitas recibidas en 2011 por esta página web, para la consulta de 72.000 documentos.


Entre las curiosidades de las que dispone el Archivo oscense, Mastral destacó una carta escrita por Joaquín Costa a su buen amigo Giner de los Ríos en la que le pedía consejo antes de pretender a una joven oscense profundamente religiosa. De los Ríos, le recomendó a Costa que, siendo agnóstico como era, mejor no lo hiciera, con lo que la historia de amor quedó truncada aquí.


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