Huesca

Quesos y flores renuevan la tradición

Quesos y flores renuevan la tradición
LAURA ZAMBORAíN

Como se viene celebrando desde hace cerca de mil años, ayer tuvo lugar en Somport el acto de reconocimiento de las mugas, un tratado en el que están representados el ayuntamiento de Jaca y los franceses de Cette-Eygun, Etsaut y Urdós, y que regula las condiciones de utilización de los pastos que crecen en el puerto de Astún.

Antes, este tratado tenía un carácter más político y económico, pero ahora el objetivo es resaltar la antigüedad y solidaridad de los lazos amistosos que unen a estos municipios a través de la renovación de la firma. La más antigua de las menciones del tratado que concierne al puerto de Astún data de 1131, cuando el rey Alfonso I de Aragón concedió la utilización de los pastos fronterizos de Candanchú, La Raqueta y el Espelungué a los monjes del Hospital de Santa Cristina de Somport. Este documento atestigua que los Reyes de Aragón tenían en propiedad esta región, sobre la que otorgaban el uso a quien consideraban y los pastores del valle del Aspe se aprovecharon durante mucho tiempo de esto. Posteriormente, en 1513, Fernando el Católico concedió a Jaca la propiedad indiscutible y para siempre del territorio de Astún. Sin embargo, la limitación que tal propiedad significaba para los pastores franceses dio lugar a un acuerdo con la ciudad de Jaca para evitar discusiones y consolidar la concordia que se firmó con tal motivo.

Según el Tratado de Astún, Jaca y el valle de Aspe tienen el derecho y la obligación de verificar cada año si los mojones que marcan los límites de los países respectivos están bien conservados en su lugar, suscribiendo las correspondientes actas oficiales que deben ser transmitidas a los respectivos gobiernos. Este acto es el que se celebró ayer en Somport, con la participación de Víctor Barrio, alcalde de Jaca; Elisabeth Medard, alcaldesa de Etsaut, Jacques Marquéze, primer edil de Urdós, y Jean Gastou, de Cette-Eygun.

La celebración comenzó con los discursos de Barrio y Medard. Posteriormente se intercambiaron productos típicos de cada zona -quesos por parte de los franceses y frutas por parte de los jaqueses- y se comprobó que la muga estuviera en su sitio. Después, en el ayuntamiento de Etsaut tuvo lugar la firma oficial del tratado y la jornada finalizó con un aperitivo. En estos actos también participó el grupo de jota Uruel de Jaca.

Fue una jornada en la que se renovó el acuerdo «que se firmó en su día, con un espíritu de amistad y lealtad, en un entrañable acto festivo y tradicional», apuntó Barrio. Además, destacó que desde hace muchos años «ya no hablamos de barreras entre nuestras poblaciones, sino de límites administrativos». El acuerdo se protocolizó «con el deseo de que siga vivo ese espíritu fraternal con el que españoles y franceses nos reencontramos cada año», concluyó el alcalde Jaca.

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