ELECCIONES MUNICIPALES

Alcaldes en busca del noveno mandato

Gobiernan en su pueblo desde hace más de 30 años, pero a pesar de ello no tiran la toalla. El alcalde de Poleñino (PSOE) ya ha decidido que volverá a ser candidato, el de Banastás (PP) probablemente también y el de Valfarta (PAR) está deshojando la margarita.

Miguel Ángel Usón es un histórico del PAR hoy descontento.
Alcaldes en busca del noveno mandato
J. B.

Se presentaron en 1979, en las primeras elecciones municipales tras la Dictadura. Repitieron en 1983, y volvieron a intentarlo en 1987, 1991, 1995..., así hasta 2007. Llevan más de tres décadas como alcaldes, la mitad de sus vidas, y aún así los alcaldes de Banastás, Valfarta y Poleñino, los más veteranos de la provincia, no renuncian a ser cartel electoral en mayo de 2011. Sería su noveno mandato.


El más antiguo es Ángel Gracia, alcalde de Banastás, del PP, que lleva gobernando este pueblo de la Hoya de casi 300 vecinos desde 1972. No confirma si será candidato, aunque de sus palabras se deduce que posiblemente repita. "Si hubiese otra persona... Y es que además ninguno quiere que me vaya. Me dicen que tengo que estar hasta que salga con los pies por delante", dice este empresario de 66 años aún en activo.


Juan José Rodríguez, alcalde socialista de Poleñino, ya lo tiene decidido. "Seguiré, entre otras cosas, porque a mi amigo Marcelino (Iglesias) no le puedo negar nada. Estoy en este proyecto y en este proyecto terminaré". Encabeza la corporación desde 1979. Cuando en marzo cumpla 64 años, llevará en la Alcaldía la mitad de su vida, desde los 32. "Ahora estoy jubilado y, aunque quería levantar el pie del acelerador, no me bajo del coche", añade el alcalde de esta localidad de Monegros de 250 habitantes. "Tengo concejales más jóvenes que yo que quieren seguir, pero me dicen 'tú, el primero'".


Los mismos años lleva el de Valfarta, el aragonesista Miguel Ángel Usón, de 60 años, aunque él todavía está deshojando la margarita, habida cuenta de su incómoda situación en el partido. Crítico con la actual cúpula, los vientos no le son favorables. El nombre de Usón está vinculado a la historia del PAR, que ayudó a fundar desde este pequeño pueblo de Monegros de 100 habitantes. Ocupó la presidencia provincial, entre otros muchos cargos, y estuvo cuatro legislaturas en las Cortes, "aunque ahora no tenga capacidad de decisión ni me pregunten". Ve la situación del partido "con preocupación" y más dadas las fechas preelectorales. Se le nota incómodo con los actuales dirigentes, algo que sin duda pesará en su decisión, pero "mis compañeros me dicen que tengo que seguir".


Victorias aplastantes


Una característica común a los tres es que han ganado siempre de calle. En 39 años, el alcalde de Banastás no ha conocido oposición: los cinco concejales han sido una y otra vez de su lista. "Se han presentado todos los partidos pero ninguno ha conseguido nada", afirma Gracia, que está entre los alcaldes con más años de mandato de España. "Creo que hay otros dos, en Teruel y Extremadura, con los que me llevo unos meses".


Tampoco ha tenido rival Miguel Ángel Usón. "Aquí todos han presentado candidatura, pero la mía siempre ha sacado los cinco concejales. Nunca he perdido desde que hay democracia". El de Poleñino ha gobernado prácticamente siempre con mayoría absoluta y parece que el poder no le desgaste, porque en las elecciones municipales de 2003 obtuvo sus mejores resultados.


Ni sueldo ni dietas


Coinciden en que, después de tantos años, aún les mueve la ilusión y el respaldo de sus convecinos. Porque en sus casos, no hay coche oficial ni sueldo, y a veces tienen que suplir con imaginación la falta de recursos de ayuntamientos tan pequeños. Las economías municipales no dan para pagar la nómina al alcalde. Es más, se muestran muy críticos con lo que cobran algunos políticos, "de todos los partidos, incluido el mío", afirma Juan José Rodríguez. "Echo en falta valores de servicio a la sociedad. De algo tienen que vivir los políticos, pero ganando lo justo".


El de Banastás asegura que en su larga vida de alcalde no ha cobrado dietas, "ni siquiera un litro de gasolina, y si voy a Zaragoza a ver a dos consejeros y los invito a comer, lo pago de mi bolsillo". Justifica que "si estoy aquí es porque quiero, nadie me obliga. Entiendo que cuando uno se dedica en exclusiva a una institución, cobre, de algo tiene que comer su familia, pero los demás, que cobren solo por lo que trabajan".