TERMINA EL JUICIO DE LA MANHATTAN EN HUESCA

Un familiar de los fallecidos trata de agredir al acusado del atropello

La defensa pide una condena de cinco años y nueve meses de cárcel por homicidios y lesiones por imprudencia. El fiscal y la acusación mantienen la petición de 34 años y medio al considerar que era consciente del daño que producía.

Víctor Manuel Gómez Rivero,  durante el juicio
El joven que causó el atropello dice desconocer por qué aceleró su coche
EFE

Víctor Manuel Gómez Rivero, acusado de provocar en julio de 2007 la muerte de dos personas y herir a otras ocho a las puertas de la discoteca Manhattan, en Huesca, conducía a 106 km/h en el momento en que chocó contra las víctimas, según declararon los peritos de la Guardia Civil en la última sesión del juicio que se celebró en la Audiencia en Huesca y que ha quedado visto para sentencia.


Cuando finalizaba su informe el letrado de la defensa, el abogado zaragozano Javier Notivoli, dos mujeres, parientes de una de las víctimas mortales, se han subido al estrado para encararse con el procesado en un estado de fuerte nerviosismo.


Mientras era objeto de los gritos y reproches de ambas mujeres, un joven ha saltado de forma sorpresiva sobre el acusado para tratar de golpearle, aunque lo ha impedido uno de los dos policías que lo custodiaban. El presidente del tribunal, Santiago Serena, ha ordenado sacar de la sala a los protagonistas del incidente, quienes han vuelto a increpar con insultos al procesado cuando éste salía al vestíbulo.


Ya en la calle, cuando era escoltado al furgón policial, el acusado ha vuelto a ser objeto de un intento de agresión por parte del mismo joven, quien ha sido apartado de nuevo por los agentes.


Estas personas han estado presentes en todas las sesiones del juicio portando fotografías de su familiar fallecido, aunque el incidente más grave en las sesiones es el que se ha producido hoy, al término del juicio


Petición de pena


Durante la vista, la defensa modificó su petición de pena, pasando de la absolución inicial a una condena de cinco años y nueve meses de cárcel por dos homicidios por imprudencia, siete por lesiones (dos de ellas graves) y un delito contra la seguridad vial.


Por su parte, tanto el fiscal como las acusaciones particulares mantienen la petición de 34 años y medio de prisión por considerar que en los delitos existe dolo eventual, alegando que el acusado era consciente del daño que producía en el momento del atropello.


Según el ministerio público, el joven conductor, que cuando ocurrieron los hechos tenía 23 años y que desde entonces se encuentra en prisión, era consciente de las consecuencias que podía tener conducir de forma temeraria y a pesar de ello continuó hasta provocar el tragico accidente. Los abogados de las familias de las víctimas se han sumado a las peticiones del fiscal y han confirmado que han renunciado a la acción civil tras pactar las indemnizaciones con las empresas aseguradoras, que ya se han liquidado.


En esta última sesión del juicio también declararon los forenses del caso, así como el psicólogo del acusado.