La ciudad de Huesca vuelve a ser protagonista de una de las exposiciones de Víctor Ibáñez. ‘Lo que el tiempo se llevó: Huesca en la década de los 80’ reúne una selección de 100 imágenes en blanco y negro de varios rincones de la capital oscense, en las que se pueden ver los cambios que ha experimentado durante las tres últimas décadas.

La muestra pone de relieve el antes y el después en la distribución del plano urbano oscense, con nuevas calles, carreteras nacionales cruzando la cuidad o avenidas colapsadas por el tráfico. Algunos de los momentos más destacables que retrató con su objetivo fueron la superación de la barrera física del río o la construcción de circunvalaciones que redujeron el tráfico en el centro. Víctor Ibáñez recuerda que "Juan XXIII, la avenida de La Paz y adyacentes eran carreteras nacionales dentro de la ciudad".

Con estas fotografías los vecinos de Huesca pueden recordar llamativas situaciones de caos circulatorio o la construcción de los nuevos barrios, pero también se muestran al espectador momentos como un bautizo de una iglesia evangelista en la Fuente de Marcelo o protestas por la recogida de basuras en la puerta del Ayuntamiento. Todos estas realidades constituyeron cambios dentro de la ciudad, "cambios que no agradaron a todos, pero en general yo creo que fueron a mejor", asegura Ibáñez.

Estos momentos históricos de la ciudad de Huesca y muchos otros podrán verse en el Centro Cultural Manuel Benito Moliner hasta el próximo 31 de agosto. Además, los días 17, 24 y 31 de julio el autor ofrecerá visitas guiadas a las 20.00.

Por quinto año consecutivo el Ayuntamiento de Huesca apuesta por esta actividad. Yolanda de Miguel, concejala de Cultura, destacó que esta exposición refleja momentos inolvidables de la ciudad "y también va a ser un descubrimiento para los más jóvenes, que verán una Huesca muy diferente".