La carretera de la Guarguera: un viaje al pasado con los 52 kilómetros más inhóspitos de Aragón

Vecinos de los 12 núcleos habitados, en una de las zonas más despobladas de la Comunidad, exigen una comunicación digna. La DGA acaba de iniciar unas mejoras.

El presidente de Guarguera Viva, en uno de los desprendimientos marcados con conos.
El presidente de Guarguera Viva, en uno de los desprendimientos marcados con conos.
Laura Zamboraín

No quieren grandes obras, ni una gran carretera, solo que se arregle lo que hay para garantizar la seguridad de los usuarios. La Asociación Guarguera Viva lleva años reivindicando una mejora integral de la A-1604, la carretera que une las comarcas de Alto Gállego y Sobrarbe y que vertebra el valle de la Guarguera.

A pesar de que es una de las zonas más despobladas de Aragón, sigue habiendo pueblos con vida, y sus vecinos, unos 110 empadronados en los 12 núcleos habitados, utilizan esta carretera casi a diario. Además, es una vía "con encanto", dicen, y de estar en mejores condiciones podría atraer más turismo a la zona, ya que también existen pequeñas empresas que sufren a diario las dificultades que les supone el mal estado de las comunicaciones.

Esta asociación, que aglutina a todos los vecinos de la Guarguera, pide que se asfalten los 52 kilómetros de la A-1604 y que se realice un mantenimiento anual.

"Es una carretera vieja y hay que arreglarla, dejando un firme acorde con los tiempos, de manera que una moto no se caiga en una curva por la gravilla o no esté señalizada como peligrosa, o que una bicicleta no pinche". Así de contundente es Paco Santolaria, presidente de Guarguera Viva. Y es que se trata de una carretera en la que prácticamente no ha habido inversión en los últimos 40 años, siendo la actuación más reciente la de hace 10.

Entonces se realizó "un asfaltado fino", únicamente en la mitad del recorrido. "Se asfaltó hace 40 años, con una capa decente, y ha llegado el momento de renovarlo", añade Santolaria.

El Gobierno de Aragón ha iniciado trabajos hace unos días, cuya inversión asciende a 350.000 euros, pero para esta asociación suponen el mantenimiento que habría que realizar todos los años. Dichas mejoras pasan por limpiar cunetas, inexistentes hasta el momento; ampliar la anchura en algunos puntos, ya que hay zonas en las que no se pueden cruzar dos coches; colocar balizamientos donde no hay; y reforzar la señalización horizontal, volviendo a pintar las líneas del límite de la vía.

32 socavones

Hace 15 días también se bachearon 32 socavones, "algunos de un palmo de profundidad". Pero no existen señales de curvas peligrosas, de posible presencia de animales, "porque por la noche esto parece un zoo", y la limpieza invernal "deja mucho que desear". Los desprendimientos no son el principal problema, pero existen pequeños montones de rocas en las cunetas, que en lugar de limpiarse se señalizan con conos, y llevan así más de 7 meses.

"Muchas veces quitamos nosotros las piedras para que los que vengan por detrás no se las encuentren", asegura el presidente. Además existe una roca en una de las laderas, entre el cruce de Gillué y Molino de Escartín, que se empezó a rajar el año pasado y la grieta ya supera los dos metros. Desde la asociación, mandan fotos todos los meses a la DGA alertando del peligro "pero no nos contestan".

A pesar de las obras que se están ejecutando, siguen solicitando lo que ya manifestaron en una carta al presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lamban, la semana pasada: que se les informe sobre la situación actual de las obras a realizar en 2018, así como celebrar una reunión pendiente y establecer mecanismos de comunicación. Igualmente piden la realización de las mejoras que consideran que hay que hacer y que no se incluyen en estos últimos trabajos que han comenzado.

Según Guarguera Viva, la A-1604 es "la peor carretera de Aragón". Por ello, el presidente insiste en que "no queremos grandes obras, ni que se quiten las curvas, queremos que se arregle lo que hay para que pueda ser una carretera turística". Si se atendiera su reivindicación, "ayudaría a combatir la despoblación".

Los vecinos que tienen un negocio en alguno de los pueblos de este valle también muestran su malestar. Jesús Ollokiegi tiene un pequeño hotel en Gillué y Menchu Ríos elabora cerveza artesana ecológica en Aineto. Utilizan la carretera a diario y reconocen que el mal estado les perjudica.

"Continuamente estamos haciendo reparto o necesitamos que nos traigan mercancías y el transporte es un gran problema, porque los transportistas no quieren venir", apunta Menchu Ríos. La mejora de esta vía "atraería más clientes", concluye Jesús.

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