Los niños hacen cola en la basílica para besar la medalla de San Lorenzo

El acto de presentación al santo congregó a 450 menores, la más pequeña de solo tres días. Se fueron del templo con una pañoleta de regalo con la figura del patrón de niño.

Los niños, juntos con su familiares, aguardaban su momento en una larga cola.
Los niños, juntos con su familiares, aguardaban su momento en una larga cola.
Javier Broto

La basílica de San Lorenzo se llenó ayer de gritos y llantos, los de los cientos de niños de todas las edades que pasaron por el altar de la capilla, acompañados de padres, tíos o abuelos, para besar la medalla del patrón de Huesca. Era la tercera vez que se celebraba el acto de presentación de los niños a San Lorenzo y ante la iglesia se formaron colas para recibir la bendición del patrón de Huesca.


La gente se empezó a arremolinar muy pronto delante de la puerta de la iglesia. Desde aquí parte el encierro infantil y nada más comenzar, a las 11.30, algunos ya esperaban, con una hora de antelación. Otros acudieron a saludar al santo tras disfrutar de las carreras recortando a los astados de cartón. "Venimos del encierro. En él se han desfogado corriendo delante de los toros y ahora aquí se tranquilizan", relataba un padre mientras esperaba su turno junto a su hijo de 8 años.


Susana Zabau y sus tres hijas, Erika, Nerea y Diana, fueron la primera familia en besar la medalla de San Lorenzo. Nerea, la mediana de las tres, leyó un pequeño texto de agradecimiento justo después de que la misa previa acabara. Finalizó antes de hora por el gran ruido que había ya en el interior de la basílica. "Somos de Huesca, tenemos mucha fe y devoción en San Lorenzo. Venimos todos los años", decía Susana después de pasar a recoger una de las 750 pañoletas verdes encargadas por la basílica para repartir entre los niños en este acto que va camino de afianzarse como tradición.


La insignia del santo llegaba hasta la parte delantera del altar gracias a un cordón rojo de unos cuatro metros de longitud, sujetada por el prior de la Real Cofradía de San Lorenzo, Lorenzo Arnal. Esta medalla se convirtió en el punto central del recorrido que trazaban las familias. Tras besarla, pasaban a recoger la ya mencionada pañoleta de las fiestas, que este año sustituía al libro-cómic de las ediciones anteriores y que llevaba dibujada la figura de San Lorenzo niño.


El acto se organiza desde hace tres años y se está consolidando como uno de los más atractivos dentro del programa religioso. "El primer año que lo hicimos salió bien y eso que no sabíamos qué acogida iba a tener hasta el mismo día 12. En 2015 fue todavía mejor con unos 400 participantes y este año estamos en esos niveles o incluso más por la cola que hay fuera", afirmaba Lorenzo Arnal media hora después de iniciarse la ceremonia. La cola se alargó hasta la vecina plaza de Nuestra Señora de Salas ya que al final de la jornada pasaron 450.De un mes a 15 años


La intención, tal y como explica el prior, es que los más pequeños se acerquen a San Lorenzo en estos días festivos y que lo conozcan. Antes no había ninguna actividad específica y solo se pasaban los niños por el santo si acudían voluntariamente durante el año. "Ahora vienen hasta bebés recién nacidos", decía. Era el caso de Paola, que nació hace menos de un mes. El más pequeño tenía solo tres días. Pero también había niños de 5 años y adolescentes de 15. "Se está convirtiendo en algo muy emocionante para nosotros", concluía un ilusionado Lorenzo Arnal.

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