La fiesta nocturna se reinventa con buena nota

El Ayuntamiento de Huesca y las peñas valoran positivamente los cambios introducidos.

Escuchar funk, rock o rap con el DJ Alemusicman (Alejandro Villacampa) en la plaza de San Antonio; recrearse en los éxitos de los años 80 versionados por IV Cuatro en la de Navarra; asistir al concierto de Amaral en el recinto de peñas; bailar en la verbena de López Allué con la orquesta Sabor Sabor; o la alternativa del folk aragonés de la mano de Carmen París y Olga y los Ministriles en la plaza de General Alsina. Son las cinco opciones que anoche brindaba el programa oficial de San Lorenzo, una variada oferta musical repetida cada día con distintos protagonistas desde el 9 de agosto.


El ocio nocturno se ha reinventado estas fiestas, y a tenor de las cifras y de las opiniones del Ayuntamiento de Huesca y de las asociaciones recreativas, con mucho éxito. El antiguo recinto de peñas, situado en la periferia, que agonizaba en los últimos años, ha resucitado con nuevos bríos. Conserva su nombre pese a que las entidades se hayan trasladado a las plazas del centro. Luis Costa, del Veintiuno, empresa encargada del cartel musical en la carpa instalada allí, con un aforo de 6.000 personas, hace un balance muy positivo. "Estamos superando todas las previsiones", afirma.


Los conciertos arrastran a miles de personas (3.000 el día de Loquillo, que se esperaba superar anoche con Amaral), pero el recinto también se llena de madrugada con los DJ. Hasta 4.500 asistentes se contabilizaron la noche del 9 al 10, y otras jornadas, pasadas las cinco de la mañana, han bailado bajo la carpa más de 3.000. El pico de afluencia se da precisamente a las 3.00, al acabar los conciertos, y un par de horas después se repite con los rezagados que quieren disfrutar de más música. "Los DJ han llenado la carpa todas las noches. Los 3 euros que pagan los que no son peñistas no han restado afluencia. Se han superado las cifras de otros años, y con creces. La fórmula ha funcionado muy bien", señala Luis Costa.


Aquí trabajan unas cuarenta personas. Solo en seguridad y en el control de accesos, hay contratadas 24, a las que sumar los técnicos de sonido e imagen de Rampa, taquilleros... "Estamos muy satisfechos porque este recinto ha sido uno de los corazones de la fiesta y la sensación es muy buena. Detrás, hay mucho trabajo", comenta el empresario del Veintiuno. Y sin incidentes. "No ha habido ningún momento en que haya habido que parar la música, como sucede a veces", apostilla, deseando que sea la tónica dominante hasta el final."Hemos acertado"


La fiesta late también en el centro, en las plazas de Navarra y San Antonio, donde se reparten las peñas por primera vez. Tomás Hernández, de Los 30, que comparte espacio con la Alegría Laurentina y Los que Faltaban, apuesta por la continuidad de este modelo "porque está funcionando". San Antonio se llena cada noche con un público que varía en función de las actuaciones. "Creo que hemos acertado. Es lo que mejor se ha hecho en los últimos años", afirma.


Las tres peñas de esta plaza hicieron una apuesta fuerte por el cartel musical y se han rascado el bolsillo, al margen de los 7.500 euros de subvención del Ayuntamiento. Hernández también valora positivamente la recuperación de conciertos de gran formato en el recinto de peñas, donde sigue la noche cuando las plazas apagan la música a las 2.00. "Llevábamos una línea descendente en los últimos años y ahora hemos repuntado", opina el presidente de Los 30.


Con él coincide Ana Belén Espinosa, de La Zoiti, que comparte espacio en la plaza de Navarra con la 10 d’Agosto y La Parrilla. "Ver las plazas llenas y la buena respuesta a los conciertos en la carpa es una satisfacción. Los cambios han sido positivos. A la gente le gusta poder decidir dónde quiere ir, tener distintas opciones", comenta. "Hemos encontrado un camino que parece gustar. Habría que seguir por ahí". Todavía no se ha decidido el reparto de las plazas el próximo año. "En un principio se habló de cambiar, pero si luego estamos bien donde estamos, igual no hace falta. En todo caso, no lo tenemos decidido", precisa.El tirón de la verbena


Por su parte, la concejal de Fiestas, María Rodrigo, valora positivamente la fórmula emprendida, que ha servido para evitar las aglomeraciones en la verbena, aunque sigue siendo uno de los escenarios favoritos. "La programación de las dos plazas ha tenido mucha aceptación y las peñas están muy contentas. En toda la ciudad hay actividad musical y la gente cambia de una plaza a otra a modo de carrusel. Era el objetivo y creemos que lo hemos cumplido", señala. No olvida el recinto de peñas, "que también funciona bien", y sin incidentes.


Reconoce que hubo quejas vecinales el día 9 al mediodía en la plaza de San Antonio por las aglomeraciones. "Era un espacio donde no estaban acostumbrados a tener tantas personas. Por la noche hicimos hincapié en la limpieza, el ruido y en acabar a la hora. Todos los días se cierra a las 2.000, y eso los vecinos lo agradecen", concluye.

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