Aragón

Gobierno y Generalitat firman el convenio para el trasvase de agua a Barcelona

AGUA

La infraestructura de conducción entre el Consorcio de Aguas de Tarragona (CAT) y el Sistema de Aguas Ter-Llobregat (ATLL) será reversible para poder llevar en el futuro agua desde Barcelona a Tarragona, según establece el convenio suscrito en Madrid por la ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, y el conseller de Medio Ambiente de la Generalitat, Francesc Baltasar, para el desarrollo de las obras.


Además, al término de la firma, el secretario de Estado de Medio Rural y Agua, Josep Puxeu, y el propio Baltasar apuntaron que para volver a poner en marcha esta infraestructura en dirección CAT-Ter-Llobregat (de Tarragona a Barcelona), Cataluña deberá decretar de nuevo la situación de emergencia, el Gobierno, aprobar un decreto y el Parlamento, convalidarlo.


La Generalitat dirigirá las obras

Según el texto suscrito, corresponderá a la Generalitat la dirección de las obras de conducción de esta infraestructura, adjudicadas por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. El objetivo de la misma será garantizar el abastecimiento domiciliario de agua apta para el consumo humano en el ámbito territorio de los municipios afectados por la sequía en la provincia de Barcelona, de conformidad con el Real Decreto-Ley aprobado por el Gobierno y convalidado le pasado martes en el Parlamento.


La Administración General del Estado cederá esta infraestructura a la Generalitat una vez que la desalinizadora de El Prat esté en pleno funcionamiento --mayo de 2009--, para atender a las eventuales necesidades de abastecimiento del sistema Consorcio de Aguas de Tarragona mediante la derivación de caudales del sistema Aguas Ter-Llobregat.


Así, Cataluña gestionará la tubería "en todas las demás relaciones y necesidades", según Puxeu. En este sentido, explicó que el acuerdo regula que la conexión va a realizarse con una tubería de "titularidad pública", "preferentemente a lo largo de la autopista AP-7" --durante 60 kilómetros--, con carácter de "urgencia" y la posibilidad de "reversión".


Fragilidad del Ebro

Puxeu justificó la reversibilidad "para que en otros episodios pueda suministrar agua de las cuencas internas de Cataluña a zonas con déficit, como puede ser el Camp de Tarragona". Se tiene en cuenta así que la conexión esta "en un sistema que se va a dotar de inmediato con una desalinizadora --la de El Prat--, más otras proyectadas, según explicó. "Ponemos el énfasis en la bidirección porque todos somos conscientes de la fragilidad del río Ebro, un ecosistema muy complicado, que tiene especial fragilidad en su zona deltaica", recalcó.


En este sentido, Baltasar añadió que el propio convenio establece que sería sólo en este caso cuando se enviarán aguas de ATLL hacia CAT, cuando realmente se podría dar esta reversibilidad. "Entendemos que en un futuro puede suceder que el camp de Tarragona tenga necesidades de abastecimiento. En este caso, a través de la planta desalinizadora en fase de proyecto ejecutivo en Cunit (Tarragona), se podría enviar tanto agua hacia la zona CAT, como a la zona ATLL", comentó.


Comisión de Seguimiento

Tras la firma, se reunió por primera vez una Comisión de Seguimiento de ambas administraciones que, según el conseller, tendrá como primeras funciones "designar la empresa o empresas adjudicatarias de la obra y verificar que la dirección general de la obra que corresponderá al gobierno de Cataluña vaya rindiendo cuentas periódicamente ante esta comisión mixta del avance del trabajo. "También establecerá las condiciones para la reversibilidad", añadió.


Por su parte, Puxeu felicitó a los usuarios y concesionarios de la Cuenca del Ebro por el acuerdo alcanzado, que calificó de "complicado", y por su "solidaridad" con los más de 5 millones de habitantes que podrían sufrir cortes de agua, al reducir durante el periodo de utilización del caudal del CAT, la capacidad de riego y consumo en toda la cuenca.


Elementos físicos para impedir el nuevo uso

Baltasar añadió que, en el momento en que se termine de utilizar esta infraestructura, "bien sea porque se haya superado la situación de sequía o porque en aquel momento haya pasado un mes desde la puesta en marcha de la desalinizadora de Llobregat, la comisión definirá cuáles son los elementos físicos justamente de interceptación para que posteriormente no pueda ser utilizada más que con los mecanismos jurídicos que definidos.


Destacó, además, que la comisión de seguimiento contará a su vez con otra comisión o una subcomisión técnica que irá viendo la evolución día a día del proyecto. "Estamos convencidos de que vamos a lograr este reto, que es construir esta conexión en el tiempo previsto y de que la colaboración Gobierno-Generalitat continuará", recalcó.


Sobre los 29 hectómetros cúbicos de más que se han registrado en el Ter de Llobregat, Baltasar aclaró que a pesar de estar "muy bien", sólo "permite decir" que la solución alcanzada en el convenio "se puede retrasar un mes, lo que sería la declaración de emergencia".


"Hay todavía una necesidad muy importante, la desalinizadora entrará en funcionamiento sobre el mes de mayo, y podríamos decir que los recursos de agua se situarían en torno a octubre o noviembre", dijo. En este sentido, avanzó que es necesario llevar a cabo la obra y que, en todo caso, el Ejecutivo catalán entiende que, una vez iniciado el proceso, no hay ninguna razón para detenerlo.